"La pêche miraculeuse" de Cécile Fontaine

En “El discreto encanto de la burguesía” (1972) Luis Buñuel da una vuelta de tuerca a los mecanismos fílmicos tradicionales y se dedica a falsear las relaciones que se instauran habitualmente durante la proyección entre el espectador y la pantalla. Una alteración de la realidad que coincide en parte con los principios del Found Footage, material audiovisual presentado fuera de su contexto original, es decir imágenes “encontradas” a diferencia de las “creadas” expresamente para una obra. Una forma de hacer cine de la que se ha hecho un ciclo retrospectivo en (S8) Muestra de Cine Periférico que se celebra en A Coruña desde hace ocho años. Si Buñuel estuviera en activo, es muy probable que presentara sus nuevos proyectos en alguna de sus secciones.

Desde su primera edición en el año 2010, el (S8) propone, a lo largo de una semana, un suculento menú a base de cine experimental, vídeo, documental, arte sonoro y animación. Una oferta de trabajos audiovisuales alejados de los circuitos tradicionales de exhibición y que hermanan el certamen con otros eventos como los de Rotterdam, Ann Arbor, Media City, Oberhausen, Images Festival (Toronto), 25 FPS (Zagreb), la Viennale, Courtisane o Curtas Vila do Conde (Portugal). Es una arriesgada y acertada propuesta, cuya visión aparece en la propia denominación: es periférico, porque el cine no es una cosa única, sino que se retroalimenta todo el tiempo con el teatro, la música, la plástica o el diseño. Y S8 lleva a pensar en las cintas domésticas de Súper 8, alejadas de la industria, y generalmente enfocadas a retratar la realidad más cotidiana.

Ángel Rueda, que está al frente del proyecto junto a Ana Domínguez, siempre comenta que el objetivo inicial era hacer un festival que diera visibilidad a este cine casi invisible, un cine de autor, hecho para los sentimientos, las emociones, en definitiva, un cine más artístico. Y lo consiguen de largo con la presencia de cineastas e invitados procedentes de Europa, América y Asia. Nuevos y consagrados cineastas que, desde el 31 de mayo al 4 de junio, participaron en presentaciones, talleres y encuentros profesionales. Las cinco sedes, repartidas por toda la ciudad, conformaron un espacio de encuentro y difusión para fomentar la divulgación de la cultura cinematográfica y crear nuevos públicos, demostrando que la didáctica cobra un papel protagonista en el (S8).

Si el año pasado el foco del festival se centró en los nuevos impresionistas, el hilo conductor de la presente edición fue el metraje encontrado (Found Footage), una técnica que se lleva realizando desde los orígenes del cine. Los asistentes a la Muestra pudieron visionar las obras de destacados realizadores que estuvieron en A Coruña, como Cécile Fontaine, cuyas películas parecen trabajos de pretecnología escolar. Ella usa herramientas domésticas para pintar minúsculos fotogramas en los aplica color, formas, texturas y elementos gráficos. Y siempre lo hace con sentido del humor que llega hasta los irónicos títulos de sus obras, como “La pêche miraculeuse” o Le déjeuner sur l’herbe”. Y si la directora francesa trabaja el color, el norteamericano Steve Polta usa la luz, que unas veces pasa de puntillas por el escenario, mientras que en otras aparece como elefante en una cacharrería. Hay que felicitar al equipo de (S8) porque era la primera vez que sus películas, a medio camino entre la abstracción y la figuración mínima se veían en las pantallas europeas. Luther Price deja atrás luz y color y centra su obra en la muerte, operaciones quirúrgicas, sexo y violencia. Celuloide, flagelación, culpa y redención bajo la batidora del metraje encontrado.

Pero el trabajo con mayor presencia fue el de Aldo Tambellini, al ocupar un destacado espacio en la programación, con una sesión de sus obras, una carta “negra”, una exposición y la recreación de un espectáculo de videodanza representado en Nueva York hace casi cinco décadas. El octogenario director neoyorquino no pudo acercarse a Coruña debido a su delicada salud, pero envió un emotivo vídeo que fue muy aplaudido por el público. Tambellini comenzó trabajando en la pintura y la escultura, pero pronto se convirtió en pionero del cine sin cámara y en la utilización de nuevos medios como el vídeo o la experimentación con los tubos catódicos de la televisión. También han pasado a la historia sus “Black Film Series”, películas caracterizadas por la fuerte presencia del color negro y por la radiografía sensorial del medio.

Pero su aportación al cine no se ciñe solo a sus trabajos, sino al campo de la exhibición, ya que en 1966 abrió en el Lower East Side una sala de proyección dedicada a la exhibición de cine y teatro experimental. Comisariada por los cineastas Samuel Delgado y Helena Girón, se proyectaron tres películas que tuvieron mucho éxito en su tiempo, entre ellas “Scorpio Rising” de Kenneth Anger. Los trabajos en vídeo de Tambellini se vieron en la Fundación Luis Seone, en concreto “Atlantic in Brooklyn”. Emulando a James Stewart en “La ventana indiscreta”, el director registró desde la suya el bullicio de un mundo obligado a desaparecer.

La presencia de Aldo Tambellini en la muestra se cerró con una recreación de una performance en la que una bailarina negra con un vestido decorado con cristales redondos danzaba al son de una batería en directo y con envolventes imágenes de fondo. Todo un acierto, más conociendo los entresijos de embalajes y vuelos intercontinentales que permitieron que todo saliera bien.

La Fundación Luis Seoane también acogió otras dos exposiciones. Una dedicada a la artista sevillana María Cañas, evidente guiño al itinerario found foutage de la presente edición. En la sala se enfrentaron sus piezas “Risas en la oscuridad”,”La mano que trina” y “Cumbia Against the Machine” un tríptico en el que cabían actrices, brujas, la religión del selfie y una crítica revisión a la Expo’92. La representación gallega correspondió a Xisela Franco con una película instalación “Interior, exterior, durante” que documenta las vistas de un paisaje de la costa gallega a través de una ventana a lo largo de un día.

En resumen, la VIII edición de (S8) ha dibujado un itinerario con ramificaciones, tanto al presente como al pasado más vanguardista. Un pasado que justifica la ubicación de la Muestra en Coruña, porque José Sellier filmó el 20 de junio de 1897 las primeras imágenes con el cinematografo de los Lumière en las calles de la ciudad gallega.


Jose Antonio Vega
es colaborador de laEscena
@joseanvega64