
“Lo personal es político”
Kate Millett
En la muestra “Asturias Arte Actual, la forma del concepto” que tuvo lugar en el CMAE de Avilés durante los meses de mayo y junio de 2016 conocí el proyecto artístico Silencio/Semana 2-8 presentado por Blanca Prendes, siete fotografías inspiradas en el acto de amamantar que hablan del recogimiento, del tiempo detenido y del proceso de gestación como madre y como artista. Fue uno de mis acercamientos a esa experiencia vital tan especial y compleja, la de conjugar maternidad y creación plástica y que está presente en el eje discursivo de la muestra “Animales domésticos” ofrecida por el Colectivo Offmothers durante estos días en la Sala 1 del Centro de Cultura Antiguo Instituto. Así mismo las publicaciones de Susana Carro, como Mujeres de ojos rojos. Del arte feminista al arte femenino, se encuentran entre las lecturas que permiten familiarizarnos con creadoras que, desde distintos ámbitos, están contribuyendo en la teoría y en la práctica a la re-activación de reivindicaciones sobre la igualdad de género.
Descubrí las propuestas del Colectivo Offmothers en marzo de 2016 con su proyecto “Pájaros en la cabeza” desarrollado en las antiguas lavanderías de Laboral Ciudad de la Cultura, resultado de sus investigaciones sobre la compatibilidad de la creación con la maternidad, que desarrollaron en LABoral Centro de Arte y Creación Industrial desde septiembre de 2015 hasta la fecha de la muestra. Tras sus conclusiones teóricas y alusiones referenciales, entre las que destaco la recogida por Susana Carro en el documento de presentación del proyecto sobre Simone de Beauvoir, referido a la maternidad como “un extraño compromiso entre narcisismo, altruismo, sueños, sinceridad, mala fe, devoción y cinismo”; su trabajo se plasmó en una instalación que desde las distintas disciplinas en las que están inmersas estas siete creadoras integrantes del Colectivo Offmothers –Susana Carro, filósofa; Elena de la Puente, fotógrafa; Eugenia Tejón, musicóloga; Roxana Popelka, socióloga y las artistas plásticas Natalia Pastor, Blanca Prendes y Gema Ramos– consiguieron un ambiente propiciatorio para involucrarnos, un environment potenciado por la propia carga simbólica de las lavadoras, secadoras y tendederos que ya formaban parte de la infraestructura del lugar y que integraron magistralmente en su discurso.

Lo mismo ocurre en esta nueva propuesta, “Animales Domésticos” que, subrayando el papel de la mujer y su sometimiento al entorno doméstico, ahonda en el concepto de hogar, planteando un recorrido alrededor de la casa como icono, como contenedor de experiencias y como llamada de atención a la realidad de la maternidad a partir de diferentes referentes autobiográficos que quedan registrados a través de distintas formas de expresión: documentación sonora, fotografía, video-mapping, performance, poesía…, recursos que se suman al discurso potenciándolo, reclamando nuestra atención y llevándonos a la reflexión de que a el tiempo siempre hay que ayudarlo, favoreciendo el cambio y modificando los hábitos tradicionales. El colectivo traslada su campo de reflexión al hogar como construcción discursiva realizando una exposición que tiene como línea argumental los contenidos que, el propio colectivo, relata de esta forma:
“El término “casa” denota un espacio, una extensión limitada para el asentamiento y basta una simple ramada de tallos trenzados para dejar constancia de la demarcación entre un lugar interior frente al exterior. Más tarde vendrán las arquitecturas, las conductas asociadas al abrigo o a la intemperie y las expectativas o valores que, con el tiempo, hacen de la casa el locus de la familia y, finalmente, el hogar.
Y en el devenir de la casa como espacio hacia la casa como hogar existe toda una construcción conceptual en la que la modernidad es artífice inexcusable. A Rousseau le debemos que la dicotomía entre razón y pasión se traslade a la teoría política moderna como distinción entre el ámbito público y privado. Recluido lo emocional al ámbito de lo privado y nombradas las mujeres como fieles guardianas de los sentimientos se produce la paulatina transformación de la «casa» como centro de producción, al «hogar» como cálido refugio para el marido, escuela de virtudes para el niño y de buenas maneras para la niña.
Del siglo XVIII a nuestros días las arquitecturas de la casa se han sucedido y evolucionado, auténticas revoluciones tecnológicas y cambios de paradigma estético frente a los cuales una constante se resiste: la mujer como parte inexcusable de la casa. Sin negar los avances conseguidos en materia de equidad, a día de hoy, son numerosas las situaciones en las que trascender el ámbito de lo doméstico es algo que, a las mujeres, se nos dificulta más que posibilita. Y esa obstaculización no hace sino construirse a partir de la identificación de la mujer con el hogar y la crianza; la “mujer doméstica” domesticada para mantener el orden familiar. Queda pues un vasto territorio por recorrer para que las mujeres puedan ser definidas, en términos heideggerianos, como Ser-en-el-mundo en lugar del «ser-en-su-casa» (Molina Petit, 1994: 135). Con vocación de denunciarlo surge la nueva propuesta del colectivo Offmothers quienes tomarán como hilo conductor de su discurso la representación en cartón de seis casas blancas: suspendidas desde el techo, dispuestas sobre las paredes o depositadas en el suelo, cada una de ellas sugiere una alegoría de la casa como situación existencial. Simples en su forma, monocromas en su blanco pero complejas en todo lo que evocan”.
Atrae la carga conceptual y reflexiva de este documento y cómo su carácter de manifiesto reivindicativo se ha visto trasmutado en una contundente instalación de sobria presencia y sutiles metáforas visuales. El arte es uno de los mejores instrumentos de comunicación y socialización, es una herramienta de acción que remueve por dentro despertando sensaciones dormidas. En una conferencia que la escritora Kate Millett impartió en marzo de 2010 en el Instituto de Investigaciones Feministas, además de transmitir con gran lucidez la identificación entre feminismo y humanismo, se refirió a la necesidad del activismo artístico -ella también era escultora- porque “la mejor revolución es la que nace a través del arte”, durante su carrera como artista visual, gran parte de su trabajo se centró en el mundo de la opresión y dominación, creando esculturas e instalaciones centradas en el patrón cultural de género, abuso e institucionalización.
Visitar “Animales domésticos” no sólo refresca la memoria sobre las aportaciones de activistas como Kate Millett, sino que son múltiples las asociaciones y puntos de referencia que pueden surgirnos, desde Henrik Ibsen y su Casa de muñecas hasta las diversas propuestas sobre lo doméstico abordadas por la artista Louise Bourgeois a lo largo de su vida, como las series Femme Maison, He Disappeared into Complete Silence o Maisons fragiles. Pero los trabajos del Colectivo Offmothers van más allá, actualizan desde múltiples perspectivas el concepto hogar, redefiniéndolo y cuestionándolo como un espacio ligado tradicionalmente a la seguridad y la calma, que “siglos de perseverancia han consolidado en cuanto ámbito desde el que se define a las mujeres como madres y cuidadoras”; para ello recurren a múltiples vías de comunicación artística, hay metáforas visuales y sonoras, hay desencuentros entre el amor maternal y la desesperación absoluta, hay ilusión en la conquista de un espacio propio y también rebeldía por la pérdida de un tiempo consumido y, todo ello, plasmado desde la autenticidad, como fruto de la propia experiencia personal, intelectual y creativa, aspecto que sintoniza con otras mujeres artistas que, a nivel internacional, han venido apostando por proyectos similares, como Martha Rosler -cuyas instalaciones y performances ahondan en la vida cotidiana a través de las mirada de las mujeres- Barbara Kruger -que transforma potentes juegos visuales propios de los medios de comunicación de masas en proclamas reivindicativas- y Jenny Holzer, quien subraya, con un lenguaje publicitario a base de letreros LED en bucle, su apuesta por un arte comprometido con una sociedad más justa, confirmando que “han sido las mujeres quienes han hecho el arte más desafiante en los últimos tiempos”.
“Animales domésticos”
Colectivo Offmothers
(Susana Carro, Elena de la Puente, Natalia Pastor, Roxana Popelka, Blanca Prendes, Gema Ramos y Eugenia Tejón)
Sala 1. Centro de Cultura Antiguo Instituto. Gijón
Hasta el 24 de septiembre
Más información
Susana Carro
Santiago Martínez