Pepe Font de Mora dirige la Fundación Foto Colectania, una entidad sin ánimo de lucro que se puso en marcha en Barcelona en el año 2002 con la finalidad de difundir la fotografía y el coleccionismo a través de exposiciones, actividades (coloquios, seminarios, viajes) y la edición de catálogos. Foto Colectania cuenta además con una colección de fotografía que reúne más de 3.000 obras de autores españoles y portugueses desde el año 1950 hasta la actualidad. Además, Font de Mora es el comisario de la muestra Cara a Cara que se puede ver en la sala Sabadell-Herrero (c/ Suárez de la Riva, Oviedo) hasta el 24 de abril. Hablamos con él sobre el retrato, los detalles y motivos de esta exposición y la actividad de la Fundación que dirige, en pleno proceso de transformación.

¿Qué es Cara a Cara, qué objetivo y qué espíritu laten detrás de esta selección?
Cara a Cara
es una exposición muy importante para nosotros. Surgió hace bastante tiempo para una sala de Valladolid, pero ha ido cambiando con los años. La tuvimos en itinerancia por Cataluña, en colaboración con la diputación de Barcelona, en ocho centros culturales. Y al regresar a la Fundación, cuando creíamos que íbamos a dar por finalizado el proyecto, la replanteamos para nuestro espacio en Barcelona. Ahí dimos una última vuelta y la estructuramos como se puede ver ahora, con esos puntos de vista en torno al retrato que son la mirada, la gestualidad corporal, los retratos de grupo y los autorretratos.

¿A qué responde esa clasificación?
El formato actual conserva buena parte del proyecto original, pero en esas primeras versiones era un planteamiento un poco más didáctico, con secciones más cartesianas. Ahora hemos incorporado aquellas cuestiones en las que se centra un fotógrafo cuando hace el retrato. La mirada es una de las más importantes, y tiene una sección enorme, con diferentes aproximaciones. Luego está la gestualidad corporal. Todos tenemos una identidad corporal, el fotógrafo trata de captarla en el retrato y eso es algo que también tiene un protagonismo en esta nueva versión. Además hemos buscado un guiño hacia una puesta en pared similar a los gabinetes de fotógrafos, en los que no hay un planteamiento expositivo lineal pieza a pieza, sino una relación. Por eso creamos una exposición río, trabajando la relación entre las piezas y los ritmos de la exposición.

Suponemos que la selección de fotógrafos, aunque es amplia y a nuestro entender muy acertada, no habrá sido nada fácil dada la gran cantidad de excelentes fotógrafos retratistas que hay en la Península. ¿Nos puede detallar algunos nombres y su inclusión en esta muestra?
Foto Colectania, además de un centro es una colección, y nuestro gran objetivo es, precisamente, difundirla fuera de nuestra sede. En catorce años hemos organizado más de sesenta exposiciones de nuestra colección. Son más de tres mil fotografías, y hay mucho retrato. Al final nos guiamos por la temática de la exposición y también tuvimos en cuenta que tenían que estar los grandes referentes del mundo del retrato en España y Portugal junto con algunos autores que no siempre aparecen. Por eso en esta exposición no podían faltar Humberto Rivas, García-Alix, Juan Manuel Castro Prieto, Leopoldo Pomés o alguna obra reciente, como la de Jorge Rivalta.

En la era de los selfies, el retrato como género artístico fotográfico parece que cobra una dimensión distinta. ¿Qué opina del futuro del retrato en el contexto de la revolución digital?
La revolución digital nos parece maravillosa. Es una forma de que la fotografía se popularice y hagamos uso de ella, visionándolo y realizándola. Creemos que está muy bien poner todo eso en valor, pero a la vez hay que reivindicar la labor del fotógrafo. Nosotros siempre podemos utilizar unos recursos fotográficos para comunicarnos, pero el fotógrafo aporta ese punto añadido de conciencia de lo que quiere comunicar. No es sólo el oficio y el dominio de la herramienta que da la técnica. Es lo que se quiere contar. Y en ese sentido, tanto el fotógrafo profesional como el autor marcan una diferencia con lo que algunos queremos hacer, que es simplemente una buena fotografía. Cuando un gran fotógrafo hace una foto también hace un recorrido por la trayectoria de su obra. Y eso se da sólo con el tiempo o con la genialidad.

Pienso también en la fotografía digital como inmensas bases de datos de registros fotográficos que algunos autores ya utilizan para su propio discurso.
Tuvimos una exposición con Fontcuberta donde ofrecía muchas visiones sobre el autor como editor. Hay un debate muy interesante sobre cómo aprovechar toda esa inmensidad de imágenes que se hacen y si tiene sentido seguir haciendo fotografías con esa barbaridad de imágenes. En cualquier caso la fotografía ha cambiado, en especial en la distribución.


Foto Colectania realiza un trabajo muy importante en la difusión de la fotografía y el coleccionismo desde hace ya casi 15 años. Cuéntenos un poco más sobre la Fundación y su fondo fotográfico.
Ahora mismo estamos en un momento muy especial, inciando una nueva etapa. La Fundación privada surgió de la colección de nuestro presidente, pero nosotros nos reivindicamos también como centro de fotografía. Hemos sido un centro privado pero con clara vocación de utilidad social. Cada cierto tiempo nos replanteamos qué función queremos cumplir, y ahora mismo estamos en una nueva etapa donde nos vamos a reivindicar mucho como centro de plataforma para reflexionar sobre la imagen en el mundo contemporáneo. Queremos tener a mucha gente que nos ayude y para eso necesitamos nuevos programas. Hay dos muy destacados que hemos puesto en marcha como programas on line, les acompañará la puesta en marcha de nuestra nueva web y el año temático 2016, que gira sobre “Pero qué es la fotografía”.

Sabemos que con esta pregunta quizás le estemos poniendo en un compromiso: ¿Cual es su fotografía favorita de las que se pueden ver en «Cara a cara»? Si sirve de algo, nosotros confesamos que la nuestra es Benedicte, de Alberto García-Alix.
Uno no puede decir estas cosas porque son como los hijos. Me encanta la que proponéis vosotros, por la gestualidad corporal y por cómo la coloca en la calle, cómo utiliza ese escenario. Si tuviera que hablar sólo de una, yo me referiría a la de Jordi Esteba, de la serie El país de las almas. Es una de esas por las que siento especial debilidad, porque es un trabajo que aún no habíamos enseñado. De este reportaje con el que Esteba volvió de África tenemos una muy buena selección, y este era el único retrato. El trabajo de Esteba sobre la religión animista en África y su proceso de absorción por las multinacionales de la religión tiene una visión fotográfica muy especial pero también un conocimiento antropológico importante y de inmersión en los ritos.

Para finalizar, y para aquellas personas que no estén convencidas de visitar «Cara a cara» en la Sala de Exposiciones del Banco Sabadell-Herrero en Oviedo. ¿Por qué deberían hacerlo?
El retrato es un género que nos llega muy bien a todos. Es un género que tiene la complicidad entre el retratado y el fotógrafo y con la persona que ve el retrato. Estoy seguro de que enganchará tanto al aficionado como al que encontrará la sorpresa de autores que no conocía. La puesta en escena, además, ayuda mucho.

«Cara a cara»
Exposición fotográfica de retratos
Sala de Exposiciones del Banco Sabadell-Herrero
c/ Suárez de la Riva, Oviedo
Hasta el 24 de abril de 2016

José Castellano es editor de LaEscena
@lemarais