"Contenedores Humanos". Serie "La tarde". Aguafuerte, aguatinta y punta seca. 21x29 cm. 2016


“Uno de los grandes temas con los que se enfrenta el nuevo siglo es, sin duda, la obligada trashumancia”

Esperanza d´Ors

En la Sala aLfaRa de Oviedo tenemos la oportunidad única de visitar Contenedores humanos (imágenes 2-4), una muestra de Esperanza d´Ors (Madrid, 1949) que, desde el primer momento, con gran sencillez de planteamiento, atrapa y conmueve. La técnica empleada -estampas al aguafuerte, aguatinta y punta seca- es novedad para una artista acostumbrada a moverse en el ámbito de la tridimensionalidad escultórica, en esta experiencia gráfica, y contando con la colaboración del excelente artista Denis Long, los resultados han sido impecables; aunque es quizá el planteamiento temático sobre el mundo de la inmigración, de una dura realidad actual, el aspecto más destacable de esta propuesta que ya, desde su presentación en febrero en la Galería Modus Operandi en Madrid, ha venido cosechando gran reconocimiento.

Es interesante acercarse y ver sus indagaciones en la obra gráfica, un desplazamiento del volumen al plano bidimensional en el que las planchas o matrices -que en la muestra acentúan su carácter de relieve- (imágenes 5-8) parecen mostrarse como transición entre un ámbito y otro; de ahí que sea destacable en esta exposición el planteamiento didáctico que contiene y que desde siempre acompaña al discurso de la artista. Esperanza d´Ors recientemente, junto a la Galería Martínez Glera, ha presentado en la Feria Sculto estas planchas de cinc junto a la escultura Contenedor humano y su inquietante pieza Mimética desilusión.

La obra de Esperanza d´Ors nos resulta familiar y cercana; en la plaza del Carbayón se encuentra uno de los grupos escultóricos más apreciados por los ciudadanos, Monumento a la Concordia y en la plaza de la Paz, en una discreta soledad, se halla Afrodita II. Se trata de dos buenas aportaciones de la escultora al ámbito del monumento público, campo en el que trabaja con frecuencia y que también delata sus conocimientos del mundo del teatro del que extrae cierta puesta en escena, expresividad y diálogo con el espectador y el entorno.

Su obra, siempre ligada a la figura humana, es para la creadora, soporte de sus preocupaciones y ha venido derivando hasta la actualidad en un arte comprometido, que ya se estaba gestando años atrás con el uso de la metáfora y la ironía en aquellos seres de leyenda que convivieron en el Mediterráneo clásico -Ícaro, Afrodita, Prometeo, Narciso, etc…- encontrando, en cada uno de ellos, estereotipos de comportamientos humanos de no muy compleja interpretación.

Aquel mar en el que dioses y héroes convivieron en algún tiempo, hoy es reflejo de una triste y dura realidad, en él los seres humanos que buscan una vida mejor, hallan desesperación y muerte; detonante y argumento suficiente para que Esperanza d´Ors profundice en ello a través de su obra, denunciando este gran naufragio de la sociedad contemporánea. Desde siempre, mujeres y hombres, han buscado nuevos horizontes, “pero ahora nos encontramos con los muros invisibles de la intolerancia” y es aquí donde está una de las obligaciones del artista, “es posible que el arte no cure, pero ayuda a la comprensión, removiendo nuestras conciencias, comprometiéndonos”.

IMAGEN 1. «Contenedor Humano», resina policromada en cajón de acero. 69x40x25 cm.

 

Sobre las relaciones o influencias formales en su trabajo, ella misma hace referencia a su admiración por el arte de las culturas antiguas, la belleza contenida en la quietud, en la atemporalidad del arte egipcio o mesopotámico, en los kuroi arcaicos. Algo de ello he podido observar en esta muestra, una mirada sobre las planchas de cinc, nos hace pensar que estamos ante una obra detenida en el tiempo, un estandarte sumerio, un relieve asirio o un fresco etrusco. Son piezas rotundas en su concepción y perfectas en acabado, con recursos formales como la seriación y la isocefalia que aportan al discurso la reflexión de que los seres humanos, desde su pluralidad, somos iguales y debemos apoyarnos los unos en los otros. Todo ello acentúa el carácter solemne y antiguo de las planchas y estampas, adquiriendo un valor que va más allá de la estética convirtiéndose en documento para la historia. Esa tosquedad, un cierto primitivismo, me recuerdan algunas de las obras, ya lejanas en el tiempo, de Manolo Hugué, artista referencial en los años 80 para nuestra creadora.

En la muestra actual en la galería aLfaRa podemos contemplar la escultura de aluminio Mar de los narcisos (imagen 9) – parte de un proyecto formado por tres piezas- que desde su pequeña escala (48x70x27 cm), muestra su carácter monumental transmitiendo de manera rotunda y expresiva el sufrimiento y la desgracia del naufragio. Si seguimos los pasos de la artista, existe un hilo conductor a lo largo de su trayectoria que tiene que ver con sus preocupaciones sobre esta dramática realidad. Ya en la exposición Entre Arte II en la Palacio de Revillagigedo de Gijon (2007) resultó impactante Océano de sombras (2001), una instalación de piezas en bronce, aluminio y acero, desencadenante de emociones encontradas: belleza y dolor. En aquella muestra se presentó Éxodo (2007), grupo escultórico de acero corten que también ha dejado su impronta en sus creaciones actuales y, en este sentido, es destacable especialmente Devolución de Prometeos a su lugar de origen: viaje de trashumancia (2009), proyecto ubicado en la Biblioteca Pública José Hierro en Usera, Madrid.

Todo lo anterior son aspectos y referentes interesantes para valorar el proyecto que ahora nos muestra en aLfaRa. Fue a partir de la pieza Contenedor humano (imagen 1) donde se gestó todo, una potente escultura donde las figuras humanas se muestran comprimidas y aprisionadas “como una abigarrada humanidad” provocando, a través del horror vacui, una sensación claustrofóbica próxima a las ilustraciones más visionarias de William Blake.

Su dominio de la escultura hace que el carácter monumental transcienda a la obra gráfica. Las estampas (imágenes 10-11) están agrupadas bajo la poética de la alegoría, la mañana, la tarde y la noche, se identifican a través de la sutileza y el matiz de sus tonos metálicos –acero, más claro, para la mañana, óxido de hierro para la tarde y un plomo oscuro para la noche- que se complementan con la actitud de las figuras, acostadas y dormidas en las primeras, en pie, despertando a un futuro esperanzador y, finalmente, acurrucadas en su desconsolada realidad. Esta carga simbólica del proyecto encuentra lejanos paralelismos en La Mañana de Georg Kolbe o en Edad de Bronce de August Rodin, todos recurren al material para expresar simbólicamente un momento del ciclo de la vida.

En la muestra, la obra gráfica se ve enriquecida con la incorporación de fotografías de cuatro creadores actuales: Chema Castelló, Eduardo Momeñe, Carmen Ballvé y Carlos Cánova. Desde una aparente desnudez, sus imágenes destacan y nos hablan del abandono, deterioro y soledad de ciertos lugares, dialogando entre ellas y suavizando la sensación de asfixia de las estampas, haciéndonos reflexionar sobre el escaso límite entre la esperanza y el desamparo, entre la belleza de las formas y su deterioro, convirtiendo a Contenedores Humanos de Esperanza d´Ors en una exposición necesaria.

Contenedores Humanos. Esperanza d’Ors
Sala aLfaRa
Calle Aurora Albornoz 16, Oviedo
Hasta el 30 de julio

 

Santiago Martínez es profesor de Historia del Arte
saguazo@yahoo.es