¿Y qué es en definitiva la biografía de un escritor sino la historia de las transformaciones de su estilo?
¿Qué otra cosa, salvo esas modulaciones, se podría encontrar en el final de ese trayecto?
(Ricardo Piglia)
Lo que es y no forma parte.
Pero no porque no encaje sino porque se basta por sí solo.
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Todo, todo, todo; los vadeos, el ansia por ir más allá de esas fronteras recientes, inflexibles; el deseo repentino de dejarse caer y rodar sobre uno mismo como quien se envuelve en una alfombra.
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Qué difícil es a veces comprar pan.
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La obra lograda será siempre la expresión de aquello a lo que aspira. La obra lograda será, por tanto, un fracaso maravilloso.
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Sentir el paso de cada segundo como si fuera una gota de sangre escapándose de uno.
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El exilio es el descubrimiento continuo y siempre inesperado de una nueva incapacidad: la de relacionarse de una forma verdadera con lo que rodea a quien lo sufre, de interactuar realmente con su entorno.
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¿A qué recuerdan los pasos rápidos y cortos que da sin cesar el camarero cuando no hay nadie o nadie le pide nada a lo largo del espacio entre la barra y el botellero, en qué le convierten y en qué convierten al espacio, al rectángulo que el camarero recorre con los brazos cruzados mientras el tiempo pasa?
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El guante verde de lana colocado a la entrada del Mercadona.
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No es función de quien describe decidir si es la cola de una ballena o una rama ya casi deshojada.
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Alzar la vista del suelo de la cocina durante el desayuno y, al ver reflejada en una de las ventanas de la fachada del edificio de enfrente la imagen de una maceta con cuatro flores rojas, comprender que hay una belleza en la forma a la que sólo se llega a través de la representación.
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La vibración o el modo en que es acogida la ausencia por aquellos que la padecen.
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Un relato ha de llevar implícitas las causas y las consecuencias de aquello que se cuenta como si fuera un hecho.
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No es transformación o cambio. Es el peso, que ha encontrado en uno otra manera de repartirse. A partir de ahora, todos los esfuerzos se harán para poder hacer lo que antes se hacía sin esfuerzo. Y estará bien que así sea. Porque a nadie le importará jamás que lo esté o no lo esté.
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La ira es proporcional al dolor y por eso aspira siempre al daño.
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Una voz sin nadie que a nadie se dirija.
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Chus Fernández es escritor
