Fotograma de "Centauros del desierto" de John Ford

Frente a la creencia que vincula al rapto con una entrada en el sueño
comprendes viendo el comienzo de Dickinson
que el rapto más bien es una manera de despertar
los muertos hablan solos
libres ya de la expectativa del eco
y de la contestación
parecen bailar el gato y los peces
ser alguien vencido la sudadera en el suelo
reina el anhelo de algo más en la vigilia cada segundo interminable se confirma
:
las pesadillas son formas huecas de las que siempre acaba cayéndose algo
y pese a ser claramente distintas
una por una terminan revelándose indiferenciables en conjunto
como un cargamento de manzanas como el agua bajo el puente
o la carne sagrada sólo cuando es recorrida
abres los ojos y el gallo canta un día más
el desorden una enfermedad idéntica a su síntoma
un metal frente al fuego una vibración
algo breve la consecuencia intangible de un hecho es lo que eres
alguien a quien el dolor vuelve lento en el fracaso
demos gracias por ello
:
atento sólo al primer plano no caes
en lo que podría pasarte o quizá te haya pasado ya
entretanto en la aurora se confunden el trino y el cimbreo de los collares
como si la música buscara en torno a ella lo que nadie al cantar encuentra en sí mismo
no te extraña
:
también el cuidado en su exceso provoca lo que intentaba evitar
¿cómo si no íbamos a explicarnos el ruido esa llamada en nombre de todos?
un sistema se apoya en lo que en fuga irrumpe y lo cuestiona
aceptemos esto como respuesta
y ahora que es una plaga la belleza
y está en peligro la miel
permanezcamos como las abejas en casa
aunque ya ni la casa ni el enjambre puedan protegernos
como si de un líquido estuviéramos hablando
no hay rincón que no pueda ocupar el miedo
pero el miedo llega donde llega el pensamiento
y tú no tienes más que el pensamiento para hacerle frente al miedo
está bien no importa
igual que el hundimiento muestra la pujanza de lo otro
sólo algo así te hizo ver la diferencia entre el nudo y el lazo
entre ser nombrado o elegido
como vino a decir Martin Sheen en El ala oeste de La Casa Blanca
el dolor es la distracción perfecta
la emoción un cubo al fin lleno cuyo peso maldecimos
mantengámonos aquí
entre una llamarada y la siguiente
:
la edad estrechó el conducto y comprimió esta raíz
pero el mástil resiste aunque en tu interior esté ya roto
hagamos de cualquier imagen otra estancia
y que la voz sea una vez más purga
mientras el tiempo
como el silencio espesa en nuestras manos cruzadas
quisieras concederle a tu vida la oportunidad de contradecirse
pero la disciplina siempre fue el recurso de los débiles
y tú más débil que nadie esperas aún ser simplemente frágil
el mal sueño cuenta una historia
y no es la tuya
aunque tú la protagonices
por qué ahí te falta lo mismo que no tienes despierto
por qué luchamos todos por una vida opuesta a la nuestra
cuando lo que necesitamos es la nuestra convenientemente retocada
qué sabrás tú del tiempo
a no ser que este repliegue del espíritu
sea la reacción a tus nervios inflamados
que este retroceso de lo que fuiste de lo que estaba en ti y hoy se alza
sea un recordatorio de lo difícil
que resulta desde el principio el asentamiento
tu fortuna fue el cuarto factor de los tres habituales
no pasa nada tampoco eso tiene importancia
si ni siquiera al cero se puede llegar
cómo no vas a conformarte con la percepción
y la oportunidad que te brinda
de manejar al antojo de tu alma la velocidad de cada cosa
basta el zapato en la hierba
para saber que más arriba hay una rama y un péndulo
pero ¿cuántas son las piedras por cada nido en lo alto?
si la muerte es lo que no admite interpretación
quizá lo escrito no sea más
que el balanceo de los ahorcados
no tiene rival el sonido de la broca a la hora de representar el dolor
se horada porque se está insatisfecho concedámosle al reloj esa flaqueza
para que seas con serenidad desbordado mientras emergen los insectos
como se desenrosca una bombilla se busca algo debajo de la cama
se colabora con el guante dando por supuesto que es él quien se adapta a nosotros
no contabas con la tristeza cuando hiciste tus planes
tal vez tu condición inminente suponga en esto una ventaja
sí hermano ojalá sea otra la materia que te vulnere
y prolongue así el ciclo quién sabe hasta cuándo y al servicio de quién
llegaste al final sólo para averiguar que querías seguir
pero en lugar de eso esta maraña de agujas y tubos y sangre y suero y amapolas
son hermosas las células tras el iris la grieta en el hueso también
pero ante un terror así mejor el ácido que el calibre
si te parece hermoso todo eso aun lo es más la ciudad reducida
a pequeñas luces bajo la noche desplegada
la enfermedad es un telón que alguien alza y tú como un himno revientas por dentro
¿cuándo se convirtieron los destellos en los dientes de una hoja?
lo viste en las películas y en las fotografías
:
no hay camino
que no se vuelva estrecho al final
el destino es un umbral inagotable la voluntad una llave equivocada
el destello un punto luminoso en torno al cual todo se ha oscurecido
cambiemos de postura conformémonos con un dolor distinto
el mismo tal vez en otra parte carne desprevenida también eres eso
quizá siempre fuiste eso un ardor que no alcanzó a ser palabra
un calambre por naturaleza breve un hechizo irrevocable
escribir es parpadear
:
que desaparezca el mundo
para que puedas ver lo que guardabas
cuando haya luz será otro quien esté ahí a la espera de la nieve
¿cuántas veces más dirás por última vez?
si las aves se detuvieran en pleno vuelo ¿qué pasaría?
¿descenderían respondiendo así a una regla que ignoraban
o retomarían su marcha fatalmente confundidas
ya la duda en ellas por siempre
como una astilla que no dejase de crecer bajo la uña?
¿dependerían acaso del viento del mensajero blanco
que al desgarrar su reflejo inmóvil sobre la superficie del estanque
les devolviera la ilusión de haber reemprendido la marcha
aún a costa de sí mismas?
de vuelos no retomados dio cuenta la historia
felices verían las aves moverse a sus réplicas
:
tal vez no pudiesen avanzar con ellas
pero conservarían su canto su roce ofrecido su lámpara paciente en la mañana
su memoria rebosante de sombras inseparables del luto
existe la música porque existe el miedo el miedo
porque todo cualquier cosa se sabe inferior a su apariencia
es cierto se detiene lo que no se puede elevar
y tú ansías una ladera una duna incluso algo que te recoja
un suelo claro pero un suelo que no implique una caída
como una grieta en el hielo se abre paso la aurora
ningún caudal es demasiado pequeño ni lo bastante profundo
lejos queda la noche y ya asusta es lo que sucede
cuando te aplastan
:
primero te rompes luego rebosas
qué hacer con este miedo con la pieza que sobra del puzle
súbita la merma claudicas nunca en la claridad hubo algo para ti
como si ahorraras disfrutas de la regla por ti impuesta que rompes
pese a tus esfuerzos en no hacer de tu carencia una odisea
te resulta imposible no incidir en la dificultad
de asumir un trastorno como este el del flujo corrupto
recorriendo el circuito arruinado como un cultivo en la impiedad
no se ha declarado todavía la guerra
y ya has entregado tus armas
pero por muy contradictorio que nos pueda parecer
van de la mano la renovación y la memoria
lo comprendes al leer una revista
se da entonces el goce que siempre acompañó al razonamiento
ante la falta de límites aún tiemblas te queda el canto
la crónica alterada por un uso desesperado del lenguaje
como un aroma la tristeza se alza y te ocupa y te impregna
quizá muy pronto puedas tú hacer lo mismo
en ese otro lado con ese otro lado
para el que no has encontrado todavía un nombre
ojalá de ser así tú voz compense la falta de lo que sólo hoy añoras
combatías el dolor tumbándote en el suelo
que la lámpara estuviese apagada
era lo que te permitía contemplarla eso debe significar algo
cuando el tumulto y las batallas se acaban
le dice Maurice a Ed en el capítulo final de Doctor en Alaska
los capitanes y los reyes se retiran
¿qué ha de hacer entonces el soldado?
seguir sus pasos inventarse un nuevo enemigo
o ir simplemente más allá y exceder así la huida?
porque sólo a través de la destrucción alcanza a ser la ocupación algo perfecto
tiene ahora la distracción tanto de logro como de bálsamo
puedes ser aún menos insisto piérdele de una vez el miedo al frío
quizá se compadezca así de ti como se compadece siempre del agua
quizá no haya otra manera a tu alcance de tener una forma
si lo que en algún momento cayó se levanta de nuevo
no es debido a su fuerza sino a todo lo contrario
la fragilidad siempre fue el precio de la cohesión no temas
nadie se alegra tanto como los que acaban de rendirse
abraza feliz esa ganancia tú como las aves
del pensamiento puedes quedarte aún más quieto
si no va a haber recompensa que tampoco haya sacrificio
si ya es un hecho la mengua que no sea tu existencia una cabriola
ni cada cosa que pase la gota de más
eres algo parecido a un gajo ya sabes
alguien a quien solo no le espera nada bueno
por no gastar tu comodín nunca llegaste a utilizarlo
y ahora acabada la partida es solo una carta entre las cartas
el bosque se volvió una selva la selva un desierto
y jamás estuvo el mar a tu alcance
quieres a alguien o echas algo de menos
cuando lees en el periódico
la previsión del tiempo en una ciudad distinta
a aquella en la que te encuentras
intentas volver con algo de este ensueño
de voces y rostros que danzan como plantas marinas
junto a las que acaba de hundirse algo pesado
deja que hable el desconocido
el que logró arrancar separar la voluntad de la observación
junta las manos y recoge cuanto caiga de ese cuenco perforado y puro
mancha es una palabra extraña si no nueva
aunque nadie vaya a oírte canta
una canción es eso
:
lo que no pudo arrastrar la corriente
el coágulo un obstáculo en tu camino hacia la gracia
algo que no disolvió el suero ni despedazó el músculo
una corteza que el viento reforzó
agradece también tu agonía esa vibración de la llama
canta y confía
¿qué otra opción tienes?
no debería estar aquí todavía la flor sola
pero ese error supuso el amor y la vida de la mano de mi madre
confía dices y yo confío
en las razones del jardín en el derrumbe íntimo que supone el estremecimiento
en mi vientre tenso ante la aguja en la obstinación de la luz
en cualquier cosa recia por ejemplo la ternura una cifra un movimiento en el bosque
hoy sábado en esta estación inimaginable no hay más que una red y es mi voz
textura viva que amortigua mi caída y me impulsa
pero del mismo modo me atrapa que no se me olvide antes de dejarme ir
igual que se abre la ventana de una habitación invadida por el humo
hablaré y ya
nunca justificaré mediante la desdicha
mi necesidad constante de una música nueva
un soldado ante sí mismo está siempre defendiéndose
o cumpliendo una orden
porque se renueva a la vez que se repite
tiene la llanura dos maneras de vencernos
y a la querencia animal por la conquista
oponemos nuestra devoción natural por los límitesla
soledad es un perro que no sabe llorar sin mordernos
no pasa nada hay sitio en el castillo para todos nosotros
algún día el espejo nos dará la razón
adopta el veneno la forma del sueño yo caigo
y hago memoria como se aporrea una puerta
no hay más mundo que este alrededor
que está desapareciendo conmigo
ser más o menos me da igual mientras lo sea para siempre
puedo ver la nieve en el bosque
desde la distancia no se distingue ya ningún sendero
me arropará mi voz
mientras dure
el calor que guardo
cabemos todos en el tiempo
donde los jueces ante la semejanza bajan la vista
he aquí el pliegue
fundamental para mí que estoy cruzando la llanura
:
lo que yo creía infinito
se me ha revelado como eterno.

*
Chus Fernández es escritor