La madre va perdiendo la memoria, bruscamente. Y los hijos -encabezados por la hija mayor, narradora de la historia-, indefensos frente al acecho de la enfermedad y todo el caos que se avecina, intentan amoldarse a la nueva vida de su madre. Esa nueva vida donde imperarán los días lúcidos y los días borrosos. La trémula luz y, sobre todo, el silencio que se cernirá sobre una vida, la de la madre, despojándola de los recuerdos, de todos ellos: los buenos y los menos buenos. Ese deterioro que abarca también, y sin piedad, todo eso que olvidamos: lo que somos, lo que fuimos. Y de quienes estuvimos rodeados en el tiempo de la lucidez, de las alegrías, de las tristezas, de las enfermedades pasajeras o de las tardes abocadas a la rutina, a los quehaceres cotidianos o al aburrimiento.
Paloma Díaz-Mas (Madrid, 1954) acaba de publicar ‘Lo que olvidamos’ (Anagrama), un libro hermoso, delicado, intenso y demoledor. En su sencillez, habita esa fragilidad que se abre paso en la fortaleza como el hacha lo hace en el tronco del árbol. Sin otra música. Sin otro sonido. Pese a las dentelladas, a la crueldad, al dolor que produce asistir al deterioro de esa persona -la madre, ya lejana- a la que se sigue amando. Aunque ya no haya más música ni más sonidos que los que surgen en los desvaríos en días de relativa, momentánea lucidez. Leves, música y sonidos, cada vez más leves. Como la propia lucidez.
Luces y sombras, ternura y compasión, recuerdos y olvido, derrumbe y contención. Nunca son menores este tipo de narraciones cuando detrás se esconde una narradora tan poderosa como Díaz-Mas. Ella misma, en otro de sus magníficos libros autobiográficos, ‘Como un libro cerrado’, dice: «Todo era borroso y nítido como un sueño». Todo era así. Todo es así, definitivamente. Incluso cuando la madre, irremediablemente perdida, llegue a confundir a la hija con su propia madre. Y ya no quede música ni sonido alguno. Sólo el misterio y la verdad de una historia que alguien intentará averiguar y nos contará algún día, en cualquier momento, para tratar de vencer el dolor y la impotencia, serenamente.
Ovidio Parades es escritor
@ovidioparades