Qué compleja se vuelve el alma humana cuando un hecho inesperado nos alcanza y trastoca por completo nuestra existencia. Sobre todo, cuando ese hecho inesperado se presenta bajo la forma de un acontecimiento inquietante, negativo, avasallador, casi insoportable. Es lo que le ocurre a la pareja protagonista de ‘El viajante’, la nueva película de Asghar Farhadi, cuando, por causas ajenas a su voluntad, se ven obligados a abandonar la casa en la que viven tranquilamente y trasladarse a otro lugar. Ahí, de manera sorprendente, comienza el conflicto. Arranca una historia tremenda, que no deja ningún fleco suelto y que utiliza de manera muy sutil e inteligente la historia (y la representación teatral dentro de la propia película) de ‘Muerte de un viajante’, el clásico texto de Arthur Miller, premiado con el Pulitzer y el Tony y llevado numerosas veces desde su creación en 1949 a las tablas de todo el mundo. (Hay edición en castellano publicada por Tusquets y en la web de RTVE, dentro de aquel emblemático y añorado espacio de teatro llamado Estudio 1, puede verse una versión de la obra con un descomunal José María Rodero).
El desconcierto, la sorpresa, la rabia, el enfado, la impotencia, la duda, el ansia de venganza, la crueldad, la desazón, el desequilibrio, la angustia… Todo eso pasa por la cabeza de los protagonistas, tras ese hecho inesperado que no vamos a desvelar, como es lógico. Y lo hace midiendo cada gesto, cada palabra, cada mirada. La pareja protagonista está espléndida. Y es, precisamente, en las miradas de la actriz Taraneh Alidoosti donde residen las huellas de las heridas provocadas por esa brecha inesperada, por ese hecho que resquebraja violentamente los días cotidianos, la vida ordinaria y pacífica. Que introduce el caos en el orden, el horror en la calma, la ira en la apacible rutina. Y a raíz del cual se desenmascara lo que hasta entonces permanecía oculto. Ese cúmulo de sensaciones, de contrastes, de gritos, de susurros y de silencios. Hasta el descubrimiento de la verdad. Y el hallazgo del auténtico viajante, como homenaje salvaje y despiadado al viajante de Miller.
Acaba de ganar el Oscar a la mejor película de habla no inglesa. Muy merecido, sin duda. Pero, con premio o sin él, esta película -brillante, arriesgada, inteligente, desasosegante por momentos, más que notable- es de las que no hay que dejar pasar bajo ningún pretexto.
Ovidio Parades es escritor
@ovidioparades