Ahí está, a escasos metros de donde estoy sentado, a punto de presentar en el Niemeyer su exposición de fotografías. Fotografías realizadas en Méjico, en blanco y negro, entre rodaje y rodaje. Tengo el catálogo en casa desde hace meses. Son buenas fotografías. Tienen magia, consiguen transmitir variadas emociones. Algunas, por momentos, me recuerdan a las de Diane Arbus. Aunque su estética no sea tan demoledora ni decadente como la de aquella excepcional y malograda artista neoyorquina. Le pregunto por ello (el semanario Les Noticies me ha encargado un texto sobre la exposición). Dice que le gusta Arbus pero que no considera que sea una influencia en su obra. Sus palabras son firmes, rotundas. Esboza una media sonrisa un tanto forzada, como si quisiese agradar pero no tuviese demasiadas ganas de hacerlo. Llegó vestida de negro, con zapatos de mucho tacón, su característico pelo revuelto y algo molesta: no quería que le hiciesen fotografías. Algo extraño y contradictorio, si lo pensamos bien. Es cierto que parece cansada: está rodando en Los Ángeles una serie de la que no le permiten decir palabra. Jessica Lange tiene un aura de estrella como no he visto de cerca en ninguna otra actriz. Es, por otro lado, la actriz más guapa, junto a Charo López y Aitana Sánchez-Gijón, que he tenido a solo unos pasos. Han pasado algunos años de este encuentro, y sigo pensando lo mismo. Como también sigo pensando que es la mejor actriz americana de su generación, con permiso de Susan Sarandon y por encima de la siempre excesivamente valorada Meryl Streep.

Desde aquella imagen en los brazos de King Kong hasta esa serie casi de culto (sobre todo, la primera y la cuarta temporada), “American Horror Story”, que la encumbró de nuevo (si es que eso hacía falta) y le dio casi todos los premios posibles, han pasado muchas cosas. Y todas buenas. Su carrera no puede ser más brillante. De “Frances” a “Titus”, de «El cartero siempre llama dos veces» a “Blue sky”, de “Dulces sueños” a “Grey Gardens”, de “Big Fish” a la Blanche Dubois de “Un tranvía llamado deseo” (en teatro y en televisión). Mujeres siempre en la encrucijada, en el filo. A veces, en algunas de esas historias, acompañada del extraordinario escritor y notable actor Sam Shepard, su pareja durante muchos años.

El próximo día 20 de este mes, cumplirá sesenta y siete años. Un día antes, en un teatro de Broadway, será el estreno oficial de «Largo viaje hacia la noche” (aunque ya lleva en cartel desde finales de marzo), donde interpreta a la desequilibrada protagonista de la obra de Eugene O´Neill. Dos motivos más que suficientes para subirla esta semana al apartamento.

Ovidio Parades es escritor
@ovidioparades