Vista de la exposición / FOTO: IDOYA REY

Las formas de dar las gracias pueden ser inabarcables cuando ese sentimiento está diseminado por prácticamente todos los rincones del arte asturiano en una suerte de noviazgos de esos que duren lo que duren se vuelven eternos. Ese reconocimiento poliédrico a los más de 40 años de trabajo de un hombre que entraba en escena antes de que las obras tuvieran su forma final suena al unísono desde la que era su segunda casa: la Escuela de Arte de Oviedo grita su particular ‘¡Gracias, Adolfo’!.

Adolfo es Adolfo Montes, el fundador de la reprografía Morés, un hombre que desde la sombra fue voz sugerente, punto de apoyo y amigo que no olvidarán las decenas de profesionales del diseño gráfico de la región que pudieron trabajar con él. Es por ese buen hacer de Montes que 42 creadores han querido homenajearle, ahora que su reprografía ha cerrado. No han encontrado un modo mejor que con su arte.

“Son todos los que están, pero no están todos los que son”, advierte Pedro Suárez, jefe del departamento de Gráfica de la Escuela de Arte de Oviedo y uno de quienes cuelgan obra en las paredes del centro. Allí está junto a Manuel Fernández, Santamarina, Jorge Lorenzo o Ricardo Villoria, entre otros.

La idea, relata, partió de Ricardo Morales y Margarita Collado, dos de los muchos amigos de Montes. Ellos propusieron a diferentes artistas unirse a la muestra colectiva de regalo, que reúne a los referentes del diseño gráfico asturiano. “El nivel es impresionante y es una gran oportunidad para los estudiantes”, explican desde el centro.

No es tan fácil ver tanta variedad de trabajos sobre un mismo tema, obras de diferentes artistas y diferentes generaciones. “Es muy interesante también para los creadores. Puedes ver como otros han resuelto ideas que tú habías descartado porque no sabías cómo concluirlas”, reconoce Suárez, al tiempo que insiste en que Montes no fue un simple proveedor de trabajos. “Resolvía todas nuestras dudas y ayudaba a salvar muchos contratiempos. Trabajaras mucho o poco con él, todo el mundo coincide”, insiste.

Si no fuera así, no habría inspirado tantas creaciones tan diferentes: desde lo más poético, como la obra de estampación de Fernanda Álvarez, hasta las ilustraciones, pasando por los juegos tipográficos y las fotografías. “Desde diferentes ámbitos de la creación asturiana se han volcado”, describe el profesor Santiago Martínez ante una fotografía de Ricardo Villoria, una mano en sutil equilibrio, alargada como si se adentrara hasta el centro de la tierra, hasta el alma que, según Nacho Arbesú, puso Montes a los mupis de la ciudad. Son dos de los trabajos, llenos de matices, que puede paladearse hasta finales de semana.

Un apoyo definitivo a Motiva

No cabe duda dentro del mundo artístico que el diseño gráfico asturiano se reforzó mucho con las jornadas Motiva. También aquí Montes se implicó más allá de un mero patrocinador. “Respaldó generosamente a Motiva y gracias a su colaboración se ofrecieron becas a estudiantes”, aseguran desde la Escuela de Arte. Los primeros pasos de José Alonso discurrieron de la mano de esa beca, pendieron de ese hombre que ahora recibe un gracias en un original trabajo que incluye unos mosquetones que parecieron agarrarle años atrás.

Montes hico méritos para que la escuela de Oviedo sea su segunda casa, el lugar elegido para la muestra, dentro del proyecto didáctico Activa 3, en el que se organizan actividades que se combinan con exposiciones de diferentes especialidades. Así, este miércoles, Manuel Fernández, Ricardo Villoria y Sandra Rebollar participarán en una mesa redonda sobre el diseño gráfico, sobre esa materia en la que Adolfo Montes tuvo mucho que ver, porque sin él, dicen quienes le conocen, el diseño gráfico asturiano no se escribiría con mayúsculas; porque como dice Boris Rodríguez en su particular agradecimiento, lo que hizo el homenajeado no es ni más ni menos que el poder de un hombre corriente.


Idoya Rey
es periodista
@idoyarey