Vista de la exposición / FOTO: IRMA COLLÍN

Mabel Lavandera (Gijón, 1951) nunca deja de sorprendernos. Su eclecticismo estético, apoyado en el gran amor por el oficio, ha caracterizado, desde siempre, unas propuestas dominadas por la frescura y personalidad del dibujo y por la fuerza del color –El color es vida y da vida, comenta la artista-. Sus pinturas son reflejo de ella misma, entendidas como un itinerario vital lleno de matices, no exento de reflexiones y reivindicaciones que, con la ironía que la caracteriza, responden al mundo que nos rodea.

En «El juego de la pintura» se ofrece una selección de trabajos recientes, algunos inéditos que, desde su riqueza formal e iconográfica, evidencian un bagaje artístico excepcional nacido de su formación en Bellas Artes, en la Academia de San Fernando de Madrid, pero que pronto se imbricó con ámbitos profesionales ligados al Diseño y, especialmente, a la Ilustración. Este carácter interdisciplinar ha favorecido que nos hallemos ante una creadora capaz de hacer convivir diversos géneros y estilos, recordando las palabras de la creadora alemana Hannah Höch: Me gustaría borrar los límites fijados que a los humanos, seguros de nosotros mismos, nos gusta dibujar alrededor de cualquier cosa que podemos conseguir.

A través de un lenguaje único, expresivo y sutil, nos presenta obras que abarcan, desde su personal aportación a los géneros del retrato, el paisaje y el bodegón, hasta series tan entrañables (y un tanto inquietantes) como «Juguetes» y «Suite del calderín» o la original instalación «El friso ecléctico». Propuestas que transmiten sensaciones encontradas, que sorprenden, capaces de provocar una sonrisa, pero también de llevarnos a profundizar en asuntos concernientes a la existencia, al tiempo y sus estragos.

Vista de la exposición / FOTO: IRMA COLLÍN

 

Artista con una trayectoria inequívoca de compromiso y sensibilidad con los derechos y ante la injusticia, desde la década de los setenta se implicó en la reivindicación del papel del arte como instrumento de concienciación y mejora social, uniéndose a colectivos tan comprometidos como Arte en Asturias o el grupo Kula, y colaborando activamente en la Asociación Feminista de Asturias (AFA) con una implicación que ha llegado hasta nuestros días.

Más allá de los aspectos formales presentes en esta muestra y que encuentran su armonía en las agrupaciones de formatos, estilos y gamas cromáticas, existe un planteamiento conceptual siempre implícito en sus trabajos que, de alguna manera, está presente en la metáfora que contiene el título de la muestra. Su trabajo ahonda en cuestiones presentes en el ámbito artístico: ¿cuándo se considera una obra acabada?, ¿hasta dónde llega la figuración y cuáles son los límites de la abstracción?, ¿es posible la convivencia de figuración y abstracción en la creación plástica de un/una artista?. Todas estas preguntas surgen ante la contemplación de estos cuadros en los que nada es azaroso porque proceden de las fuertes convicciones plásticas y sociales de su autora.

«El juego de la pintura» es una oportunidad de acercarnos a la obra de Mabel Lavandera, disfrutar de la belleza de sus óleos, de la sonoridad y genialidad de los títulos y de la coherencia de un trabajo repleto de significados, confirmando sus propias palabras: La pintura siempre objetiva una idea, pero los caminos por los que te lleva son infinitos.

«El juego de la pintura», Mabel Lavandera
Museo Barjola, Gijón
Hasta el 16 de octubre

 

Santiago Martínez es profesor de Historia del Arte
saguazo@yahoo.es