S/T, 40x30 cm, serigrafía manual al óleo sobre tablero de madera, 2021.

Sara Ezquerro expone “Émerg” en el espacio 451 de Oviedo, obras de diverso formato realizadas con técnica serigráfica, óleos y acrílicos que exploran las posibilidades formales y expresivas de la pintura. Ya en su trabajo “Primera piel” de 2018, dentro del proyecto VitrinaDolsé desarrollado por Mónica de Juan, se advertía el interés de esta creadora por la observación, en detalle, del entorno más próximo, de los edificios y sus paredes que, como soportes de una memoria colectiva, se ven afectadas, transformadas, por el medio natural y por la intervención con grafitis de artistas urbanos. Las piezas de “Émerg” son, en cierto modo, herederas de esa observación y de aquellas reflexiones. En cada obra, el fragmento y el color adquieren importancia y la serigrafía, también presente en aquella ocasión, ha tomado protagonismo.

Contemplar esta muestra es un placer, se advierte calidad en cada pieza y un exquisito cuidado del montaje y, además, si la visita se realiza con la autora y sus comentarios sobre la naturaleza de lo pictórico, resulta aún más enriquecedora. Habla de su metodología, sobre las posibilidades que ofrecen la materia, el soporte y el formato, y se interroga sobre dónde podrían estar sus límites e, incluso, cómo llegar a traspasarlos. En este sentido, su trabajo se acerca a los presupuestos de otras creadoras actuales que, como Irma Álvarez-Laviada o Elena Rato, revisan aspectos intrínsecos a la práctica pictórica o, como Rubén Guerrero, cuyo trabajo está centrado en los fundamentos de la pintura y su proceso de creación.

Hay que destacar el rigor formal en cada pintura, los recursos técnicos y manuales encuentran en ellas su equilibrio, alguna desvela el uso de herramientas digitales, advirtiendo pixelados de imágenes que se integran y que quedan parcialmente ocultas en la masa pictórica. Tras la apariencia abstracta dominante, existe un importante trabajo de observación y captación de imágenes, un archivo de documentación gráfica y visual que, posteriormente, ha sido seleccionado y manipulado mediante la ampliación, la deformación y la superposición, con unos resultados en los que el rigor técnico, da paso a la materialización de sus propias inquietudes, convirtiendo cada pintura en un revulsivo visual para quien la contempla. Sara Ezquerro atraviesa esa frontera de lo racional y de “lo perfectamente ejecutado”, quizá sea esta perfección el detonante del empujón, siempre necesario, para lanzarnos al espacio de las sensaciones y para movernos en ámbitos ligados a lo emocional. Son obras equilibradas, formal y cromáticamente, en las que resulta difícil separar ambos ingredientes y en las que la técnica de estampación serigráfica ofrece infinitas posibilidades. Es en la singularidad de esas formas y en la armonía de las densas masas tonales, donde surgen estímulos diversos, los colores se expanden o comprimen, donde los rosas se condensan y transparentan, los naranjas se rasgan en una especie de décollage y los ocres se solidifican en placas tectónicas que parecen levitar.

Con “Émerg”, Sara Ezquerro transforma 451 en un punto de encuentro donde preguntarnos sobre la naturaleza de la pintura, evidenciando cómo, desde la práctica pictórica, se pueden desencadenar múltiples sensaciones que activan nuestra imaginación, siempre necesaria para el resurgimiento.

“Émerg”, Sara Ezquerro
451, calle Mon 26, Oviedo

 

[Artículo publicado en La Nueva España el 4 de julio de 2021]

Santiago Martínez es profesor de Historia del Arte
saguazo@yahoo.es