Fotograma de "La leyenda dorada", de Chema García Ibarra e Ion de Sosa

El Festival Internacional de Cine de Gijón no sería FICX si no volviera a programar de nuevo La noche del corto español. Y este año vino con un marcado sabor cinco estrellas, ya que se proyectaron cinco cortometrajes, premiados en festivales como Berlín, Locarno, Toronto, Valladolid, Málaga o Las Palmas. Ficción no ficcionada, no ficción ficcionada y animación comparten un tiempo caluroso, verano en tres de ellas, más el día la marmota climatológica canaria. Tres hombres y tres mujeres, cinco adultos jóvenes aterrizados en el planeta entre los 80 y 90 y un joven muy experimentado que llegó con el final de la II Guerra Mundial. Parece que 2019 era el momento de empezar a latir, y de volver a crear, el momento de tener otra vida, morfogénesis mental que diría Guille Milkyway. 

LA LEYENDA DORADA. (Tengo ganas de fiesta de que acabe el invierno…)
“La leyenda dorada” es un cortometraje codirigido por Chema García Ibarra e Ion de Sosa que se estrenó en el Festival de Berlín y pasó por el Festival de San Sebastián el pasado septiembre. Chema García Ibarra  tiene a sus espaldas varios cortometrajes de «ciencia ficción doméstica» (“El ataque de los robots de Nebulosa 5”, “Protopartículas”,. “Misterio”,  “Uranes”) realizadas sin actores profesionales, que fueron presentadas y galardonadas en festivales como Cannes, Berlín, Sundance o BAFICI. Ion de Sosa ha dirigido “True Love” y “Sueñan los androides” coescrita con García Ibarra, y se encargó de la dirección de fotografía de “La disco resplandece” (2016), corto dirigido por García Ibarra que recibió una mención especial del jurado en la sección Zabaltegi-Tabakalera de San Sebastián.

Así que resulta lógico que ambos firmen este proyecto, inevitablemente envuelto en comicidad. “Leyenda dorada” termina siendo un plato combinado de géneros, con una visión fabulada y cuasi retrospectiva de la España cotidiana, la que pasa largas y calurosas tardes de verano en la piscina de su pueblo. Los dos directores son capaces de aunar los rituales costumbristas con el misticismo religioso de las Vírgenes de agosto. Pero como siempre, van más allá y en la película también hay también espacio para lo plástico, para el disfrute y goce de la belleza de las cosas naturales.

DESPUÉS TAMBIÉN. (Podría ser peor, nuestro mantra favorito…)
Carla Simón volvió a Gijón tras el foco que el Festival programó hace dos años. La directora tiene un estilo propio, armando sus películas con una exacta mezcla de una emoción y una humanidad que terminan siendo irresistibles para quienes se acercan a sus obra. Sobre todo desde su largometraje “Estíu 1993”, que cosechó dos premios en Berlín (inclusive el de Mejor Ópera prima), la Biznaga de Oro del Festival de Málaga, el premio a la Mejor Película del Festival de Buenos Aires, el Premio Especial del Jurado del Festival de Estambul y tres Goyas, incluyendo el de dirección novel. Ese verano cinematográfico fue la recolección de un progresivo avance en sus cortometrajes (“Lipstick”, “Las pequeñas cosas”, “Home”…), ejercicios realizados en la Universidad de California y la London Film School, a los que se sumó Llacunes.

Con “Después también”, cortometraje encargado por una ONG, sigue tratado temas sociales a través de la imagen y un preciso tratamiento de la psicología de los personajes. El acabado es una delicada historia, tratada con gran sencillez, a través de un guión bien tratado y articulado y una cálida fotografía presente, pero que no se superpone al relato y a los sentimientos de los personajes. Carla Simón vuelve a sintetizar la historia en la escena final, reflejando el silencioso desgarro del protagonista, actor no profesional. 

CARNE. (No me gusta nada la contradición…)
“Carne” es un cortometraje de animación coproducido entre España y Brasil, compuesto por cinco historias reales animadas por cinco mujeres. Está firmado por Camila Kater, directora, animadora y diseñadora de producción. Licenciada en Producción de Cine y TV en la Universidad Anglia Ruskin (Cambridge, Reino Unido), trabajó en producciones stop-motion como animadora, directora de arte y títere para cortometrajes y largometrajes. La directora brasileña nos ofrece en “Carne” un documental animado con diferentes técnicas, investigando y explorando con diversos materiales. Hace uso de la metáfora, con una dinámica y fascinante animación con las que consigue un notable análisis del tema.

En una interesante forma de tratar temas, aborda los valores culturales que la sociedad posee sobre el cuerpo femenino. Un cuerpo que aparece nuevamente como expresión del feminismo y los derechos de la mujer. Las cinco tienen distinta edad y exponen sus vivencias en relación con su cuerpo y lo que ha supuesto el físico en la creación de su identidad. Y lo hacen a través de los distintos estados en los que puede encontrarse la carne destinada al consumo (cruda, poco hecha, al punto, hecha, muy hecha).

La película fue estrenada en Locarno, se vio en Toronto y en Valladolid recibió el premio al mejor cortometraje europeo de la Sección Oficial.

 

MI PROFESORA DE SALSA. (Dale paso a lo que quiera pasar…)
El cortometraje está dirigido por Rafael Navarro Miñón, un artista polifacético en letras mayúsculas. Su trayectoria se centró durante décadas en la arquitectura (Premio Nacional en 1975), pero también en su faceta como escritor, escultor y fotógrafo. El último salto artístico fue el cinematográfico y desde no hace mucho tiempo es director y actor. Navarro se ha convertido en un “joven” septuagenario, una de las figuras más valoradas del nuevo cine canario.

Antes de rodar su último cortometraje ha dirigido “La cantante”, “La vie en rose”,” Moscú” y “Soju” recibiendo varios premios nacionales e internacionales desde el Festival de Las Palmas a Busan en Corea del Sur, pasando por Indie Lisboa.

“Mi profesora de salsa” es un nuevo ejemplo de la especial trayectoria cinematográfica de Navarro, volviendo a demostrar su libertad creativa en la que la improvisación ha sido recurrente. Siempre trabaja con un equipo mínimo: un director de fotografía, un técnico de sonido y un ayudante de dirección. Y fruto del azar, desde “La Vie en rose” protagoniza todas sus películas. En este último trabajo navega entre la ficción y la realidad, en un delgado horizonte, mezcla de comedia romántica y una gran soledad. Pero en sus manos, la historia se mitiga cuando se escucha la frase “No es fácil bailar salsa…».

.SUC DE SINDRIA. (Nos vamos a Berlín, no quiero reproches….)
Irene Moray es una fotógrafa y cineasta afincada en Barcelona, que vuelve a las pantallas con este aparente y refrescante zumo de sandía. Su itinerario profesional arrancó con el cortometraje “Bad Lesbian” que rodó durante su estancia en Berlín. Allí ya se interesó por la sexualidad femenina con una historia que empieza con una chica que se masturba pensando en su ex.

“Suc de sindria” es su nuevo proyecto, que inició su itinerario en el Festival de Berlín, ciudad a la que volverá el 7 de diciembre porque está nominada al mejor cortometraje europeo. Durante 20 minutos explora el deseo femenino., en una sociedad que ha normalizado el ocultamiento del placer de las mujeres y el consentimiento.

La directora catalana enmarca en un escenario idílico una historia centrada en un fin de semana, una casa de campo y una confesión entre amigos. Y termina elaborando un relato luminoso y esperanzador que se refleja a través de la intimidad y complicidad de la pareja protagonista. . Un dúo que experimenta el paso del trauma al placer y que llega al espectador de una manera sensorial y sutil. Moray quiere demostrar que hay salida ante los abusos sexuales, colocando la violación en el entorno cercano de la víctima y retratando el silencio de las mujeres en estos casos.


Jose Antonio Vega
 es colaborador de laEscena
@joseanvega64