Hamlet deambula por el palacio de Elsinor con la mirada extraviada y una camiseta de David Bowie. Su drama convertido en tragedia atraviesa el tiempo para mostrarse como un conflicto contemporáneo. Hamlet transmutado en Bowie, resumido en esa imagen icónica donde el cantante-personaje observa tras sus manos convertidas en catalejos. Y todo ello, antes de que la verdadera tragedia de la muerte cumpliera su macabro ritual y ambos personajes sucumban a la misma. Es la capacidad visionaria del arte, su misión reveladora cuando maneja los códigos adecuados. Enfrentarse a esta obra de Shakespeare, convertida en un mito universal, no es fácil y más si hablamos del mismo lugar donde nació. El National Theatre pone en manos de Lindsey Turner (director) y de Benedict Cumberbatch (actor) el reto de una nueva versión de Hamlet logrando un espectáculo rotundo y fascinante donde el espectador se ve atrapado por un viaje continuo entre lo clásico y lo contemporáneo.  Este Hamlet es hipnótico no sólo por la interpretación brillante de Cumberbatch, sino porque a la obra se la despoja de toda gravedad y trascendencia para convertirla en una sucesión de hechos donde Hamlet aparece como un tipo normal abatido por un entorno del que se siente excluido. Tan excluido que el príncipe de Dinamarca vive en otra época, con otra estética, rodeado de un grupo de amigos pandilleros, donde el fiel Horacio con su apariencia de scout grunge parece un físico teórico  salido de Big Bang Theory.

esto es una prueba
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Un espectáculo que un gran número de espectadores ha podido disfrutar en Oviedo sin necesidad de viajar a Londres o Nueva York y de enfrentarse a la ardua tarea de conseguir una entrada. El National Theatre ha puesto en marcha un programa de difusión para que una parte de su repertorio se proyecte en los cines de numerosas ciudades del mundo. La grabación se hace en directo y aunque utiliza bastantes recursos cinematográficos conserva esa atmósfera teatral del espectáculo en vivo. Quizás se echa de menos algún plano general más y una mejora de los subtítulos que a veces son ininteligibles por su mala construcción sintáctica. Imagen proyectada y teatro, tantas veces enfrentados, pueden haber encontrado ahora un camino de colaboración muy fructífero en estos tiempos en que algunos programadores consideran un sacrilegio mostrar un espectáculo en otra lengua.

Los títulos teatrales programados por Yelmo en Asturias continuarán en los meses de febrero, marzo, abril y mayo, con Jane Eyre, Les Liasions Dangereuses, Coriolano, Como gustéis y The Audience  junto a un amplio programa de ópera y danza.

Además, el director más destacado de la escena española actual, Miguel del Arco, presentará su particular mirada sobre la obra de Shakespeare, el 14 de mayo en el Jovellanos. Para no perdérselo.

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Juan Mortera es director teatral
juanmortera@hotmail.com