"Blue Moon", de Alina Grigore, Concha de Oro del Festival de San Sebastián

Literal. Cinco de las seis categorías premiadas por el jurado internacional llevan nombre de mujer (película, premio especial, dirección, interpretación y fotografía). Ese sería el primer titular que viene a la mente al revisar la lectura de la 69 edición del Festival Internacional de San Sebastián. El segundo titular hace referencia a la independencia y soberanía del jurado, que en esta ocasión se puede certificar, porque ha otorgado la Concha de Oro a la película “Blue Moon”, alejada de todas las quinielas de crítica y público.

El Palmarés vuelve a destacar por tercer año consecutivo una ópera prima y por segundo año, una película dirigido por una mujer. La desconocida directora rumana Alina Grigore llegó a San Sebastián con “Blue Moon”, un estudio crudo y realista de una joven que intenta liberarse de un hogar rural abusivo, y se ha ido como ganadora inesperada, dejando atrás a varias películas con la firma de cineastas de gran reconocimiento. La película destaca por los pronunciados planos secuencia en los que aflora el evidente dominio y control de los hombres, pero se pierde en el uso de la narrativa.

El Premio Especial recayó en “Earwig” tercer largometraje de Lucile Hadzihalilovic, un oscuro y surrealista cuento de hadas para adultos. La directora francesa presentó una película experimental con dosis de terror, que podría haber estado también en el Festival de Sitges. Y lo hizo apostando por las imágenes y el silencio para describir el dolor y el sufrimiento. Algo que despistó a gran parte del público, que salía de las proyecciones comentando su falta de comprensión.

El Premio a la mejor dirección recayó en la cineasta Tea Lindeburg con “As in heaven” presentada como un drama de época que retrata la vida rural en la Dinamarca de finales del siglo XIX. La película se centra en la desesperación de una joven que lo pierde todo en una noche. Flora Ofelia Hofmann Lindahl interpreta a esa joven que descubre lo frágil que es una vida y lo pequeños que somos los humanos. Ese retrato fue recompensado ex aequo con el premio a la mejor interpretación. La otra premiada en esa categoría fue Jessica Chastain por su papel en “Los ojos de Tammy Faye”. La actriz estadounidense ya estaba en todas las apuestas desde el primer pase de la película, gracias a su interpretación de una telepredicadora de los años 70 y 80 en EE.UU., envuelta en un escándalo financiero. El jurado resolvió así la polémica creada con la unificación de los premios a la mejor actriz y actor en una sola categoría.

Claire Mathon recibió el premio a la mejor fotografía por su trabajo en “Enquete sur un scandale d’etat”, dirigida por Thierry de Peretti. La profesionalidad de Mathon ha sido fundamental en obras como “Retrato de una mujer en llamas” de Celine Scciamma o “El desconocido del lago” de Alain Guiraudie. Y esta ocasión, es imprescindible para hacer creíble una historia que bascula entre el cine negro y el thriller ético.

Fotograma de «As in Heaven», dirigida por Tea Lindeburg

El primer y único hombre que aparece en la decisión del jurado es Terence Davies, al que acertadamente han concedido el premio al mejor guión. Y es que si algo destaca en “Benediction” es su delicada e irónica escritura, llena de ingeniosas frases que salen de la boca del poeta Siegfried Sassoom.

El cine español sale mal parado en los reconocimientos. Solo se premia la interpretación de reparto a los 8 jóvenes que actúan en “Quien lo impide” la que parece ser la sorpresa del cine español en 2021. Tanto que se ha llevado el Premio Feroz otorgado por la crítica española. La película dirigida por Jonás Trueba se presenta como una íntima radiografía de la adolescencia, a través de un delgado hilo entre el documental y la ficción. Iciar Bollain también estaba en la Sección Oficial con “Maixabel” una oda a los encuentros y perdones, centrada en Maixabel Lasa, la viuda Juan María Jaúregui, asesinado por ETA. La película se fue con el premio a la mejor producción vasca.

La directora rusa Lena Lanskih se alzó con el premio Nuevos Directores gracias a “Unwanted” un duro drama social, centrado en una adolescente de 14 años que debe ocultar su embarazo. Gaspar Noe se hizo con la máxima distinción en la sección Zabaltegui/Tabakalera por “Vortex”, con la que se aleja del rol del enfant terrible del cine europeo y apuesta por la sensibilidad ante la muerte reflejada en la vejez de sus protagonistas. Sobre muertes, perdidas y dolor habla “Eles transportan a morte” de Samuel Delgado y Helena Girón, que se llevan otra mención especial tras la recibida en Venecia.

El público decidió que la mejor película exhibida en “Perlak” era “Petite Maman” de Celine Sciamma, una delicada obra que dejó atrás a las nuevas producciones de Wes Anderson o Jane Campion. La directora francesa vuelve al mundo de la infancia a través de la imaginación y la ensoñación. También el público votó a la mejor película europea, decidiendo que era “En un muelle de Normandía” de director y escritor Enmanuel Carrere. El público joven premió “Mass” de Fran Kranz, que se desarrolla años después de un trágico tiroteo y gira en torno a dos grupos de padres, los de la víctima y los del autor de los disparos.

Jose Antonio Vega es colaborador de laEscena
@joseanvega64