Tras el título de esta muestra hay una alusión a aspectos intangibles de la creación, aquellos que emanan de la imagen retenida y que se escapan al control del autor. El mundo de la creación es una experiencia constante, una búsqueda que provoca la necesidad de seguir indagando, encontrando nuevas vías de expresión. A esto se refiere una de las frases de T.S.Eliot que acompaña el díptico de presentación: “Y al final de nuestra exploración, llegaremos al lugar de donde partimos, y lo descubriremos por primera vez”. El título también recoge las reflexiones de Gustav Myrink y Natalia Ginzburg que evidencian la pluralidad de enfoques y lenguajes que han ido dejando huella en el fotógrafo.
Hay creadores cuya impronta conceptual -más que estética- delata las influencias como fotógrafo y sus referentes como historiador del arte. Las imágenes documentales de Eugene Atget, su capacidad para registrar los mundos cercanos aislándolos de las relaciones con el entorno, descontextualizándolos y trascendiendo su sentido cotidiano. Fotografías directas, sin manipulación ni intención artística aparente, imágenes encontradas a la manera de lo que, poco después, será el objet trouvé de los surrealistas. Así se plantean las obras en Lo indestructible, como hallazgos inesperados, sin artificio, fragmentos de realidad desubicados que despiertan el interés por ampliar la perspectiva y ver más allá.
Entre la voluntad documental y esa otra cosa que juguetea más con lo invisible, con lo indestructible. Para asentar bien la primera capa y que la segunda se filtre con más sigilo, sin armar ruido, como un gas invisible que se extendiera por la imagen, necesito trabajar con el color.
Estas palabras de Luis Argüelles nos llevan también hasta el fotógrafo estadounidense Stephen Shore, pionero en el uso del color, con imágenes de apariencia banal pero de una contundencia formal única, en proyectos como American Surfaces, clave en su trayectoria y en la manera de mirar de muchos fotógrafos contemporáneos, advertimos un marcado contraste entre la apariencia aséptica y el cuidado detalle. Dice nuestro autor que con el fotógrafo norteamericano, empezó a ver sin nombrar antes, líneas en vez de cables, profundidad en vez de callejones, colores en vez de coches…mundos autónomos donde nada sobra, todos los detalles que se inmiscuyen en la imagen son sin embargo asimilados por ésta y entran a formar parte esencial de ese mundo.

Lo indestructible se expone junto a El tiempo del sueño, serie de flores ampliadas casi hasta la abstracción; dos planteamientos formal y conceptualmente muy diferentes. La serie Lo indestructible posee un semblante realista, la frescura de las imágenes no sólo procede de la elección del tema, también de la originalidad y fuerza de unos encuadres procedentes de la espontaneidad del momento y la frescura del instante. La serie es fruto de sus paseos e indagaciones pero comenta el artista que surgió a posteriori, cuando las imágenes fueron reveladas mostrando la coherencia que le permitió conformar una unidad. Sin embargo, en El tiempo del sueño nada ocurre al azar, las ampliaciones de flores transmiten quietud y silencio, parecen nacer de un ensimismamiento que se transmite al espectador mediante un cuidadísimo enfoque y encuadre, el formato pequeño de cada fotografía parece contradecir la búsqueda del detalle ampliado que ha sido ejecutado con una lente macro de 55 mm. El poético título procede del espíritu de la mitología australiana, el tiempo de la creación, que no es un tiempo pretérito sino paralelo.
No es extraño que Luis Argüelles se refiera al fotógrafo y crítico británico Gerry Badger, entre sus publicaciones especializadas se encuentra The Pleasures of Good Photographs donde aporta aspectos fundamentales para entender las derivas de la fotografía actual. El ensayo The Quiet Photographer encaja perfectamente en el carácter de las obras expuesta en aLfaRa por la búsqueda de esa “tranquilidad fotográfica” en la que la sencillez y la sinceridad quedan integradas, y donde la falta de elementos superfluos, que podrían enmascarar la belleza serena de las cosas, permite captar lo cotidiano como algo excepcional. Son fragmentos de realidad que, desde su rotundidad o desde su sutileza, conectan plenamente con nosotros.
Lo indestructible, de Luis Argüelles
Galería aLfaRa
c/Aurora de Albornoz 16, Oviedo
Hasta el 19 de enero
Santiago Martínez es profesor de Historia del Arte
saguazo@yahoo.es