Sin distancia entre público y actores, este drama con tintes de Strimberg se presenta en el Off Nimeyer después de haber sido una referencia en la programación de La Casa de la Portera y La Casa de las Pulgas.
“Un juego teatral intenso y tormentoso”, así define el dramaturgo y director, Carles Harillo Magnet, su obra, Los Buitres, que presenta este sábado dentro de la programación del Off Niemeyer. Harillo la escribió hace varios años en una época donde “estaba rodeado de incertidumbre” y muy influenciado por la literatura del siglo XIX. Por ello, recalca que se trata de teatro de salón con fuertes tintes de Strindberg, Baudelaire o Poe, entre otros. La obra, como suele ser habitual en la dramaturgia española contemporánea, quedó enterrada en un cajón hasta que surgió la posibilidad de ponerle voz a través de eso tan mal definido como microteatro. Primero fue La Casa de la Portera y, una vez cerrada ésta, La Casa de las Pulgas, donde continúa representándose todas las semanas, quienes dieron cobijo y vuelo a Los Buitres convirtiéndola en una referencia de ese teatro condenado desgraciadamente a vivir fuera de los grandes circuitos.
Enfrentado a la escena y a su propia experiencia vital, el dramaturgo director observa como aquella relación de incertidumbre con el mal se transforma en una certeza. “Las relaciones tóxicas están por todas partes”, reflexiona Harillo con un timbre de pesimismo, “es tan complicado ser buena persona…”. Esta observación es una de las claves que sustenta la obra donde un matrimonio fuera de tiempo, lugar y espíritu celebra sus diez años de casados. Curiosa cita en un espacio claustrofóbico donde nada hay que festejar, ya que las paredes rezuman frustración, hartazgo y muerte. Este duelo de amor y odio se completa con la presencia de un amigo y una criada que arrastra resignada su presencia por la casa.
Teatro visceral, de piel, donde los espectadores apenas guardan distancia con los sucesos del drama y sus propios actores. Su respiración agitada se contagia, sus gestos te rozan y su voz te envuelve en su cercanía. Una danza macabra, según la define su autor-director, que ha supuesto todo un reto porque no existen apenas recursos escénicos donde guarecerse. “La clave son los actores. Tenía claro que un trabajo como éste solo podía sustentarse en cuatro muy buenos actores”. “Hemos trabajado mucho. Necesitábamos personajes de verdad. Ha habido un dialogo intenso entre todos proponiendo, ajustando, experimentando diversos caminos hasta dar con el punto justo. Es una función de actores”.
Los Buitres realiza en el Centro Niemeyer su primera función fuera de Madrid. No ocupará ninguna sala sino el vestíbulo, en consonancia con la identidad del espectáculo. La obra fue el último estreno hace casi un año en La Casa de la Portera. Probablemente sea uno de los títulos más destacados de una forma de hacer teatro que intenta rescatar a la creatividad del yugo de los recursos económicos. “Tienes que apoyarte en otro tipo de cuestiones”, señala el director y dramaturgo, “haces funciones para un máximo de treinta seis espectadores. Es imposible que haya una rentabilidad económica aunque el equipo sea reducido y las exigencias escénicas sean pequeñas”. Al menos su estreno en Asturias será un éxito, ya que han vendido todas las entradas para la función prevista y han tenido que programar otra segunda.
Los Buitres
Dirección y dramaturgia: Carles Harillo Magnet
Actores: Mario Zorilla, Paca Mencía, Xavier Murua y Josi Cortés.
Lugar: Centro Cultural Niemeyer
Día: 12 de marzo
Hora: 18.30 y 20.30
Juan Mortera es director teatral
juanmortera@hotmail.com