Será que desde que estamos inmersos en la tecnología ésta ya ha dejado de sorprendernos un poco. Y es que algo tiene lo analógico, lo imperfecto, lo palpable, lo oloroso, que nos estimula el recuerdo y nos vuelve a hacer soñar.
Hace ya unos años, tres amigas se embarcaron en el mágico mundo de los sueños; contar cuentos únicamente con luz y música. Sombras y colores que susurran historias. Una de ellas, Patri, dejó la ingeniería mecánica para dedicarse a artilugios del ensueño; Chantal con sus marionetas y las sombras chinas y Vero, la profe de música que empezó a componer.
La primera vez que las vi fue un viaje a un lugar que había abandonado hace muchos años. Un lugar al que a menudo iba de niño, lleno de colores y donde las historias funcionan sin romperse la cabeza. Fluyen los personajes y te emocionas. No aguantas en las silla y te levantas. Te enfadas y después no pasa nada, y al final vuelves y te das cuenta de dónde estás, de lo bien que lo has pasado y de lo pequeño que sigues siendo de vez en cuando.
Estos días estarán en FETEN en una caravana haciendo micro espectáculos. Debutaron el domingo, pero repetirán el jueves 25 a partir de las 17:30, cada media hora.
José Álvarez es diseñador industrial
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