Hay en todo lo que toca Javi Méndez (Oviedo, 1970) una maestría especial. No del todo conocida. Si como músico se ha venido prodigando en las últimas décadas con entusiasmo, profesionalidad y pluriempleo, tanto en proyectos ajenos como en sus propias bandas y experimentos, en las artes plásticas Javi Méndez se ha comportado como un ermitaño. Sus cuadros, dibujos o esculturas, porque también ha sido abundante y generoso en la producción, apenas se han podido encontrar con el público. Recuerdo alguna excepción en las paredes del 13 a mediados de los noventa o, más recientemente, en el proyecto “Reverse”, junto a Juan Luis Suárez. Pero esta “Armonía del caos” constituye el proyecto más serio de Javi Méndez para mostrar, ordenar y explicar su producción artística.

A la tarea casi imposible de organizar unas obras de técnica tan diversa en las que abunda el gusto por el surrealismo, el juego por el apunte anatómico, la abstracción geométrica recreativa o la introspección sincera, Méndez ha diseñado un sistema de grandes paneles, como trípticos o cuatrípticos extendidos, para evocar un continuo o progresión que incorpora la propia línea temporal de la producción de los trabajos. 

Ese cronograma de obras se completa, además, con una serie de piezas musicales propias con las que Javi Méndez trata, así, de sellar la herida que hasta ahora separaba la faceta del músico y del artista plástico. 

La armonía que ofrece esta muestra ordena y presenta, así, por primera vez, la maestría artística de Javi Méndez, funcionando, a la vez, como una visión de obra de los últimos treinta años y como la primera puesta en escena de un planteamiento poliédrico y multidisciplinar.

‘La armonía del caos’
Javier Méndez
Decero Creativo
Hasta el 3 de febrero de 2018


Chus Neira
es periodista