Hay algo histórico y antropológico en la instalación Más allá del retrato que presenta la artista LLuna Chups de Dios en el espacio LAI, hay también aspectos visuales que envuelven el proyecto en un cierto misterio provocando en el espectador curiosidad y asombro. Begoña Muñoz, directora de LAI, ha ocupado el espacio expositivo con esta apuesta que ya es singular desde su planteamiento expositivo pero, sobre todo, por su compleja y arriesgada concepción. El trabajo ha contado con el comisariado de Proyecto Rosebud junto a Klauss Van Damme.
Más allá del retrato es un trabajo sobre la memoria y la identidad desarrollado a partir de la fotografía y a través del barro. La artista ha recurrido a fotografías de cuatro personas, retratos de perfil capaces de resumir en una línea el carácter e identidad de cada una de ellas, y que nos traen a la memoria que hubo una época en la que el único recuerdo del difunto era su imagen fotográfica. A partir de esos rostros fijados sobre el papel, y mediante un proceso creativo de transformación en barro, surgen estas “urnas de los vivos” recuperándose, de nuevo, las tres dimensiones. En la instalación hay luces que enfocan directamente las piezas, proyectando sobre las paredes sombras generadoras de rostros, enormes y cambiantes. El ambiente es muy sugerente, nos traslada hasta los confines de los orígenes del arte, de leyendas sobre el nacimiento de la pintura: cuenta Plinio el Viejo, que fue la hija de Butades, alfarero de Corinto, la joven que quiso plasmar el rostro de su amado antes de su partida, para ello, dibujó su silueta proyectada sobre un muro por la luz de una vela. El interés de esta leyenda está en el deseo de perpetuar la efigie del amado para así, quedarse con parte de él. Está en la naturaleza humana el ansia de poseer, o al menos de consolidar el recuerdo, una necesidad de mantener el retrato –ius imaginum– para inmortalizarnos, intentando esquivar el paso del tiempo y el fin de la vida.
Lluna Chups finalizó Bellas Artes en Pontevedra, ampliando su formación con estancias en Portugal y Brasil. Después realiza un master en Cerámica, Arte y Función en la UPV de Bilbao, ámbito que le ha permitido investigar sobre el barro, su ductilidad y características. En Más allá del retrato, observamos arcillas de distinta procedencia, de los lugares habitados por las personas “retratadas” y que, al igual que éstas, tienen cualidades y propiedad únicas, poseen su propia naturaleza: composición, impurezas, caliches, semillas, sales, textura, color… El torno y sus manos han sido la energía generadora, propiciando que esas particularidades del barro sean las que marquen el ritmo de realización de cada pieza, condicionando los tiempos de secado, las curvas de cocción y el acabado.

Son obras únicas, atractivas desde sus imperfecciones, portadoras de misterio, de apariencia orgánica y abstracta, en las que intuimos rostros que su proyección en la pared acentúan, son aquellos perfiles originarios, fotográficos, que ahora han vuelto a recuperar su volumen adquiriendo un cierto carácter antropológico que nos retrotrae a la historia de culturas que practicaban el arte de modelar para representar rostros de personajes de la época, como los recipientes mochicas del antiguo Perú, o más aún, por su sentido profundamente religioso y funerario, las urnas-canopo procedentes de Chiusi en la cultura etrusca.
Pero más allá de estas asociaciones arqueológicas y etnográficas, y del análisis de la complejidad del proceso de realización de las obras, el proyecto plantea una interesante reflexión sobre el tiempo y los recuerdos, de cómo la pervivencia de un individuo se proyecta en la memoria de los otros. Indaga sobre nuevas formas de rendir culto y sobre las posibilidades de homenajear y recordar mediante piezas artísticas únicas como éstas, cuya esencia está marcada por la interacción de los cuatro elementos.
Comenta LLuna Chups que en Más allá del retrato, crea una atmósfera onírica que, con un punto de inestabilidad y misterio, pretende interpelar al espectador despertando su curiosidad e invitándolo a la reflexión. Y ciertamente, a través de la ventana de LAI observamos el protagonismo concedido a esas urnas antropomórficas, portadoras de identidades para nosotros, como espectadores, anónimas, pero que intuimos, cargadas de connotaciones personales y vitales. La acción de la luz y el giro excéntrico de cada pieza, dan un sentido mágico al conjunto, llevándonos al ensimismamiento y al silencio, las sombras provocan un instante de duplicidad de los perfiles que, desde su apariencia hierática y atemporal, recuerdan antiguos ritos paganos en torno a la vida y la muerte, a un Jano bifronte que con su sola presencia, mira al pasado vislumbrando un futuro.
«Más allá del retrato», LLuna Chups de Dios
LAI. Laboratorio de Arte Íntimo. Calle Rosario 21, Gijón
Hasta el 8 de agosto
Horario ininterrumpido. Contemplación recomendada al atardecer. 21:00-01:00 h
Santiago Martínez es profesor de Historia del Arte
saguazo@yahoo.es