Peter Handke

Empiezo el año del mismo modo que terminé el anterior: paseando. La luz de un día y del otro vienen a ser similares. Oscuridad, lluvia, viento y ráfagas de un sol inestable, puro espejismo. Luces en las ventanas a primera hora del día. En las aceras, tierra, hojas secas, bolsas de basura, paraguas rotos, un zapato que no sabría determinar si es masculino o femenino, una mascarilla quirúrgica y una tira machacada de espumillón. Quizá, con el apresurado regreso a casa debido al toque de queda, alguien perdió el zapato (¿masculino, femenino?), la mascarilla quirúrgica y la tira machacada de espumillón.

Un pie descalzo, una boca desprotegida, un árbol casi desnudo.

Restos de otra noche rara. Fragmentos de cosas como cristales de una copa rota. Voces.

No se trata de un andar sosegado como el de Miguel Ángel Ortiz Albero con Peter Handke. Más bien se trata de un andar apresurado para controlar algunas tensiones del cuerpo. El tiempo sigue siendo implacable.

Leo en ‘Un andar sosegado’: «Volver a estar en el comienzo. Saberse de nuevo en él. De ello, dice Handke, no se deriva ninguna exigencia, pero uno tiene que empezar siempre de nuevo. Incluso sin la necesidad de encontrar nada».

Los paseos de Robert Walser y los de Antonio Muñoz Molina. Y también los ‘Paseos con mi madre’, de Javier Pérez Andújar.

Minuciosas maneras de observar el mundo.

Volvemos a estar en el comienzo. Sensaciones contradictorias. Cierto aturdimiento. Siempre ocurre así durante los primeros días del año. ¿El comienzo de qué? En esta ocasión, más que nunca, los días no pueden ser una prolongación de los anteriores. Hay que conseguir que el equilibrio vuelva a asentarse. No sé con exactitud qué caminos recorreremos.

Sigo leyendo en ‘Un andar sosegado’: «De entre esos verbos que Handke busca a menudo para aquello que sucede en sus textos, él encuentra uno para la serenidad. Un verbo para la serenidad, anota: empieza. Y añade que tiene algo de música callada».

Perseguir esa música callada. Pienso que puede tratarse de un buen paso.

Aunque por momentos la luz parece indicar su proximidad, la nieve, con todo, se resiste.

Ovidio Parades es escritor
@ovidioparades