La belleza incontestable y absurda de una bolsa de guisantes.
No soportas los horarios pero a su vez dependes íntimamente de ellos.
Entrar en el campo corriendo y pedir el balón con la mano levantada. Cosas que echas de menos (I).
Una narración te está esperando a la vuelta. Una narración ya comenzada, una brecha ya abierta. Y cuando piensas en ella sientes un vigor inmediato: ya estoy cerca de casa.
No se escribe sobre; se escribe con.
«Que ya no puedas ser más grande o llegar más alto no significa que no puedas continuar.» Liam Gallagher. Oasis: Supersonic. Mat Whitecross.
Ahora es el tiempo durante el que no estás escribiendo.
Quien te habla, quien se dirige a ti, quien se pone en contacto contigo, trata de venderte algo. Salvo los tuyos, que hacen todo lo posible por comprártelo.
Escribir es subir una montaña coronada por una ciudad cuyos habitantes han descendido por el otro lado.
Defiéndete de los elogios, no de las críticas.
Algo que sólo sea forma trascendida: las propias huellas en el jardín, rodeando la casa.
Proyectos, no: estados.
Llevar a cabo una revolución es poner los límites más allá. Frente a la rebelión, cuyo objetivo es la quema, tener como objetivo la amplitud. A propósito de Chris Ware.
Inventarás su historia, es decir, en vez de ponerte en el lugar del otro, encontrarás en el otro un lugar, y así, durante el tiempo ganado, no serás ya más que conjetura.
“Lo personal está en un nivel diferente de lo biográfico.” Reprise. Joachim Trier.
Mostrarás sin pretender demostrar.
Te vas de casa en mitad de la noche. Lo de menos es si llevas puestos los zapatos. Comienzo.
No te opones, simplemente te aferras a lo tuyo.
Siguen en guerra. Justifican así su fe.
Creerás más en la composición que en la progresión. Pese a todo.
De los otros sólo aquellos cuyo objetivo sea escribir mejor. Porque ese objetivo nunca llega a cumplirse del todo. Y nunca deja uno de necesitar verlo cumplido.
“Llamo novela a la narración que no argumenta.” Pascal Quignard.
Y, después de tanto tiempo, una conclusión como esta: la historia es lo que permite que un ejercicio de expresión sea también un ejercicio de comunicación.
Hablarás de tus personajes como a un conocido le hablarías de alguien a quien todavía conoces mejor.
Así fue. Comienzo
Una madre y su hijo comían un helado de McDonalds inclinados sobre unos cubos de basura. Inmediatamente concluiste que comían allí para que, si se les caía algo, lo hiciera en alguno de los cubos, para cobijarse tal vez de la lluvia, te dices ahora, pero lo que entonces pensaste, y la chica que pasó junto a ellos también pensó, es que habían cogido esos helados de alguno de los cubos ¿Lo habríais pensado si esa madre y su hijo no hubieran sido extranjeros, si sus rasgos no fueran para vosotros una procedencia?
«A mí no me parece que mi manera de escribir sea triste, cuando trabajo siempre estoy de buen humor.» Antón Chéjov.
Chus Fernández es escritor