Kim Lim. Blue Disc (1970)

La emoción que no es una reacción a una figura es un triunfo de la forma, la forma en sí.

Cambiamos de canal en cuanto empiezan los anuncios porque confundimos la pausa con el corte pero sobre todo porque necesitamos seguir, aunque sea en otra parte, sumándonos a algo ya comenzado, a algo que empezó su andadura sin nosotros. Y porque la publicidad nos dice cómo obtener la felicidad pero no cómo dejar de ser infelices. Por eso también.

No escribir algo nuevo para escribir mejor. Escribir mejor para escribir algo nuevo.

“Un lugar es más que una zona. Un lugar está alrededor de algo. Un lugar es la extensión de una presencia o la consecuencia de una acción. Un lugar es lo opuesto a un espacio vacío. Un lugar es donde sucede o ha sucedido algo. (…) Lo que toca toda la pintura verdadera es una ausencia, una ausencia de la que, de no ser por la pintura, no seríamos conscientes. Y eso sería lo que perderíamos.

Lo que el pintor busca sin cesar es un lugar para recibir a la ausencia.”

John Berger, a propósito de Miquel Barceló.

Las cosas de siempre. Título.

Es un hecho: sirve la voz pero no la palabra, donde ha llegado el escritor jamás podrá llegar el hombre que escribe. Solo en la ceremonia recuerdas cómo se rio hoy la china cuando le dijiste que preferías otras pilas más sencillas por no decir más baratas. Se vuelve hermosa la brecha al ramificarse en el hielo que pisas, pero no por eso te libra del hundimiento que anuncia.

“Puede que realidad y ciencia ficción se acerquen, pero nunca se alcanzarán, ya que la obligación del escritor es ir más allá.” Isaac Assimov.

Eres como el verano: cuando llegas sólo me haces sentir que aún no has llegado del todo, que tengo ganas de más.

Y tú eres como el invierno: cierras las casas por dentro.

Diálogo.

Orden quiere decir estructura.

La felicidad, casi un desbordamiento, al escuchar un día más el sonido enfebrecido de las teclas.

“Detestad la mala música, pero no la despreciéis. Se interpreta y se canta con mucha más pasión que la buena porque poco a poco se ha ido llenando con los sueños y las lágrimas de los hombres. Que por eso os resulte venerable. Su lugar, ninguno en la historia del arte, es inmenso en la historia sentimental de las sociedades…” Marcel Proust.

Toda tu vida fue un rodeo raro, pasos de más que diste para no irte lejos.

Cuando entras en un portal y te miras en un espejo y no te ves. La sorpresa llena de posibilidades que experimentas al comprender que aquello en lo que te miraste no era un espejo sino un cristal.

Paseas para pensar y mientras caminas sólo piensas en el paseo.

Un impacto profundo pero llevadero, el de ver ya en agosto la primera hoja caída.

Cualquier cosa en la escritura, incluso tú, es una herramienta, salvo la herramienta, que no es una herramienta sino tú.

“Hay una hora de la tarde en que la llanura está por decir algo; nunca lo dice o tal vez lo dice infinitamente y no lo entendemos, o lo entendemos pero es intraducible como una música…” Jorge Luis Borges.

El miedo nunca es razonable.

Ver la vida como una sucesión ilimitada de actos aislados, sin vigencia, sin influencia alguna en el acto inmediatamente anterior ni en el acto inmediatamente posterior.

«Cuando rehago algo tomado del pasado, mi idea es la de respetar mi presente.

(…)

Cuando estoy componiendo un tema, se trata de algo que aún desconozco. Se trata de preguntarse uno mismo: ¿Qué es esta canción?” Bonnie «Prince» Billy.

Tus narraciones se acaban cuando ya no quieres seguir hablando de esa manera.

Entre unas cosas y otras. Título.

Antes de pisar la calle, entrar en el ascensor y ver en el suelo una bolsa blanca de plástico con las asas anudadas. El miedo es una forma de la ausencia. Y, como todo lo que nos advierte de algo, una celebración.

La distancia, cuando es voluntaria, se convierte en una especie de familiaridad.

El ruido de las hélices puede ser un azote para el alma, el recuerdo del propio corazón, aún ahí.

De la literatura, nada que no sea escribir y leer.

Ser joven seguramente se reduzca a eso: en lugar de pasarte los días empeñado en conseguir que tu vida dependa solamente de ti, estar todo el tiempo esforzándote en demostrarles a los demás que tu vida no depende en absoluto de ellos.

Ese momento en el que deseas que la puerta giratoria en la que estás se detenga para siempre o no deje de dar vueltas.

Y te conviertes en alguien a quien se le caen las canicas al suelo y trata de ir detrás de todas a la vez. Sabes bien que el entusiasmo es el recuerdo, repentino y vuelto algo físico, de uno mismo, que no es otra su razón, pero bueno, que más darán a veces las razones. La experiencia anticipada e idealizada, el entusiasmo también es eso. Un hombre entusiasmado es un hombre que ha incorporado el porvenir, que siente, acertadamente o no, que es el futuro lo que forma parte de sí mismo, y no al revés.

En pijama no eres mucho.

Chus Fernández es escritor