Unos diez años han tardado Ismael Piñera y Montse Álvarez en pasar de las elucubraciones al tarareo de sus primeras melodías. No es la primera vez que el tronco común de la escena musical de los noventa de Gijón rebrota con fuerza para dar nuevos frutos, pero a uno no le deja de sorprender la fuerza creativa inagotable de aquella cantera. En aquella época Isma le daba al powerpop  con Tommy Crimes y Montse se colgaba el bajo en Nosoträsh. Cuando volvieron a tropezarse, el indie ya era nostalgia y el contexto había cambiado. Estaban en el bar de un instituto asturiano donde los dos habían encontrado destino y alrededor de esos cafés fueron tejiendo complicidades. Salvo aventuras ocasionales, Montse estaba retirada de la primera línea de playa de la aventura musical, aunque había vuelto a colgarse el bajo para Rubén, Joselito y los menos del Brasil. Isma, en cambio, había seguido dando forma a algunas canciones, grabándolas con mimo y creciéndolas en proyectos musicales. Con Marienbad había ganado el concurso de 40 y editado hasta tres largos. Esos eran los antecedentes cuando Isma y Montse se pusieron a trabajar un poco más en serio a ver qué salía. Fue, desde el principio, un proyecto al alimón. Uno venía con unos versos y otra tenía la melodía justa para cantarlos; a aquella se le había atragantado un estribillo y éste lo reparaba con un puente. Tan bien encajaban las piezas que en un tiempo récord tenían un EP de cinco canciones y un nombre, Mona, con el que presentarse en sociedad.

Lo que hacen, y en esto no hay confusión, es pop. Y lo que adjetiva y concreta esa música es la voz de Montse Álvarez, una voz de carácter, poderosa y singular, que hasta ahora había vivido haciendo coros y que con Møna encuentra por primera vez su propio espacio. Termina por detallarles el mimo en la grabación y composición que Ismael Piñera pone siempre en todos su proyectos. Y un trabajo en los textos que tiende hablar de conflictos interiores, heridas y otras pérdidas pero explicado con sencillez. El universo de Møna tiende, así, a cierta placidez musical y emocional y parece transmitir esa curiosa empatía musical que Isma y Montse han acabado encontrando al paso de los años. Sin prisa pero con ganas, el nuevo dúo planea ya un largo para este año. Hay canciones y recorrido. Y aunque se han crecido en banda en alguna ocasión, como ahora se presentan es en dúo y acústico: guitarras, melódica y poco más. Así estuvieron por Madrid hace nada y así se subirán este mismo jueves al escenario del Toma3.

Más infø
Møna en directo
Jueves 11 de febrero
21:30 h. Toma3

Chus Neira es periodista
@chusneira