Fotograma de "Poor Things"

Icónico y atemporal, con un envoltorio de una sencillez radical. Una buena definición del perfume, diseñado por Coco Chanel en el año 1921, y una forma de describir también la Mostra de Cine de Venecia, que ha llegado a su edición número ochenta en 2023.  Ya tocaba dar el salto a un festival de clase A y una serie de carambolas permitió la  visita express al festival veneciano. La selección no pudo ser más acertada, tres días de presencia en el Lido y cuatro de las películas vistas lideraron el Palmarés.

El premio gordo se lo llevó “Poor Things” la nueva propuesta de Yorgos Lanthinos. El León de Oro parecía cantado desde el primer pase, con diez minutos de aplausos para la historia de emancipación femenina de la joven y atrevida Bella Baxter, una mujer resucitada con alma de niña y cuerpo de joven. Radical es una palabra asociada al cine de Yorgos Lanthimos. Pero después de ver Poor Things en La Biennale di Venezia yo la escribiría en negrita cursiva. Montaña rusa de sensaciones, emociones y muchas risas. Una vuelta de tuerca a la historia de Frankenstein, encarnado en Emma Stone, que hace un papelón directo a los Oscars. Willem Dafoe y Mark Ruffalo la acompañan inmersos en una escenografia que navega (literal) entre lo gótico  y lo distópico con tintes steampunk. Ese mundo  imaginativo, metáfora de la realidad, de una época, la actual, en la que la libertad de ser de la mujer es el centro de atención se verá en cines y plataforma de la mano de Disney, sorpresas te da la vida.

Matteo Garrone también estaba en las quinielas para llevarse el León de Oro pero, conforme a a las bases del certamen, que impiden a una película recibir más de un galardón, terminó llevándose  el de mejor director. No fue sorpresa porque “Io Capitano” había recibido  halagos y aplausos, tanto del público como de la crítica en su presentación en el Lido.  Y eso que la historia de dos jóvenes senegales que quieren emigrar a Europa la hemos visto mil veces. Pero en manos de Matteo Garrone la cosa cambia y mucho porque  termina entregando al público  la historia de un camino a la esperanza con gran sensibilidad y respeto, sin caer en la retórica y abordando el tema de la inmigración de manera realista y conmovedora, con gran atención al detalle. Al final sales del cine con la sensación de haber vivido un cambio de perspectiva, porque pone la cámara al otro lado en una especie de contraplano, en el que parece que tú, como espectador, has vivido un viaje épico.

La página oficial de la Mostra ya advertía que la nueva propuesta de Harmony Korine sería una fragmentada película de sicarios, filmada con tecnología de imágenes térmicas y otras gloriosas artes oscuras, sumergiendo  al espectador en una pesadilla de colores y violencia. Y vaya que si lo cumple. El enfant terrible del cine estadounidense propone en Aggro Dr1ft la presencia de figuras humanas y paisajes representados en la combinación de contornos característica del infrarrojo, como manchas de gasolina con brillo diurno.  La película termina siendo  una historia de espacios mentales excitados y paletas de colores delirantes, más que  una cuestión de historia y personajes. Aunque queda claro que hay un asesino a sueldo, interpretado por Jordi Mollà que solo intuyes y que se mueve a través de un inframundo de Miami, matando y reflexionando en su camino hacia un enfrentamiento final.

“Explanation for Everything” película dirigida por director húngaro Gábor Reisz se llevó el Premio a la mejor película en la Sección Orizzonti, la presentación de los nuevos valores en la cinematografía mundial. El director nos ofrece una historia que se desarrolla desde múltiples ángulos, centrado en un examen de graduación de la escuela secundaria que termina en un escándalo mediático. Contada desde tres perspectivas diferentes: el padre nacionalista, György; el maestro liberal, Jakab; y Ábel, de 18 años, la película retrata una imagen realista de un país dividido en dos, donde nadie se habla ni se entiende. Tomando como referente el título, termina haciendo una   exploración convincente de las complejidades de la sociedad y el territorio inexplorado de la juventud en Hungría, dejando la reflexión final en manos del público.

“Una sterminata domenica” dirigida por Alain Parroni se llevó el Premio Especial del Jurado en la misma sección. Traducida al español sería  “Un domingo sin fin” que en palabras del director es  “un momento de la vida en el que termina la adolescencia, termina la escuela, y te encuentras en esa fiesta eterna en la que ya nadie te dice qué hacer”. Y eso lo cumplen a rajatabla  Brenda,  Alex y Kevin, tres jóvenes de menos de veinte años que viven en los suburbios de Roma. Brenda acaba de descubrir que está embarazada, Alex quiere un trabajo para que el bebé nazca sano y salvo y Kevin solo quiere dejar su huella como escritor.  La propuesta de Parroni invita al público a dejarse  llevar por la visión y la relación con el atronador sonido, dejando un poco de lado la estructura narrativa y   comprendiendo la  conciencia y el propio lenguaje de los tres protagonistas.


Jose Antonio Vega
 es colaborador de laEscena
@joseanvega64