Fotograma de "Quien te cantará", de Carlos Vermut

¿Quién te cantará con esta guitarra? ¿Quién la hará sonar cuando no esté yo? Buenas preguntas hechas por Mocedades en año 1987 que debería responder gente como Najwa Nimri (Quien te cantará), Timothée Chalamet (Beatifull Boy), Antonio de la Torre (El reino) o Marianne Jean-Baptiste (In fabric). Una revisión a los primeros días del certamen donostiarra certifica que la música resulta determinante en muchas películas, tanto que en dos de ellas es el detonante de los acontecimientos.

La primera es “Quien te cantará” la esperada película de Carlos Vermut, viejo conocido del Festival que reconoció a “Magical Girl” en 2014 con la Concha de de Oro a la mejor película y dirección. En esta ocasión lanza el foco hacia el apropiacionismo en el mundo de la música, no confundir con vampirismo. Y lo hace a través de Lila Cassen, la cantante a la que Najwa Nimrri pone voz y cara. Un “extraño” accidente hace que pierda la memoria y de paso la voz. En un guión bastante almodovariano (no solo por la música de Alberto Iglesias), Lila se pone en manos de una imitadora de karaoke, interpretado por Eva Llorach y con la voz grabada de Eva Amaral. La película incorpora elementos “millenials” que terminan siendo determinantes en el cierre de la historia. La canción más Bacharach de Mocedades, no solo da título a la película sino que aporta pistas directas sobre lo que va a pasar. Todo indica que copará nominaciones a los Premios Goya.

Fotograma de «Leto»

La música y el verano son eternos compañeros de viaje. Leto es verano en ruso y por eso “Leto” arranca en el verano de 1980, en el que el rock es un escape para la juventud en Leningrado. La película es un tributo a la escena underground, y a los jóvenes que estaban inmersos en la música que venía de Occidente, pero que se quedaban viviendo en las restricciones de la Rusia soviética. Rodada en blanco y negro, la película se centra en un trío de personajes principales: el rockero Mike (Roman Bilyk), su esposa Natasha (Irina Starshenbaum) y el recién llegado Viktor (Teo Yoo). Están basados en personas reales, jóvenes que tocaban en las bandas Zoopark y KIno y rasgueaban guitarras en la playa, mientras escuchaban los clandestinos discos de Lou Reed, Blondie o David Bowie. En ocasiones, la película se salta formatos y se convierte en fantasía, con ilustraciones dibujadas a mano en la parte superior de la pantalla o se desliza hacia números musicales, a menudo versiones cómicas de canciones como «Psycho Killer» de Talking Heads y «The Passenger» de Iggy Pop.

Fotograma de «in fabric», de Peter Strickland

“In fabric” es una seductora historia que tiene como telón de fondo las rebajas de invierno de unos grandes almacenes. Peter Strickland, director del exquisito pastiche “Berberian Sound Studios” propone ahora un fascinante cóctel de imágenes y sonidos surrealistas, salpicados de vez en cuando por alucinados montajes de collage. Y todo gira en torno a un vestido escarlata que provoca una oleada de desgracias a los clientes que entran en contacto con él, como. Marianne Jean-Baptiste (Secretos y mentiras). Pero no solo tela, la música envuelve todo el proceso y de manera sibilina se diluye con las imágenes. El causante es Tim Gane, líder del grupo Stereolab que trabajó con largas demos utilizadas por Strickland desde el proceso de escritura del guión.

Fotograma de «Cold War», de Pawel Pawlikowski

“Cold War” es una película, pero podría ser un doble LP con las mejores canciones de los años 50. Su director, Pawel Pawlikowski, vuelve a usar blanco y negro, como en “Ida”, para narrar el imposible romance, en plena guerra fría, entre un músico, Viktor (Tomasz Kot), y una cantante, Zula (Joanna Kulig), con paradas en sitios como Polonia o Paris. Y la pareja forma un trío con la música, que termina siendo uno de los personajes principales de la película polaca. Se escucha música popular polaca, jazz y canciones de bares parisinos del siglo pasado Pero también música norteamericana como «Rock Around The Clock» de Bill Haley que la protagonista baila en un bar. El premio al mejor director en el Festival de Cannes está más que justificado.

Fotograma de «El reino», de Rodrigo Sorogoyen

La banda sonora de “El Reino” aprieta, menea y llega a ser obsesiva. Es lo que les ocurre a diario a los populares políticos de una comunidad mediterránea. Rodrigo Sorogoyen ha vuelto a encargar la música a Olivier Arson, que se centra en el ritmo electrónico, la repetición y la oscuridad. Y todo suena frenético como los eternos días de Antonio de la Torre en los que come marisco, hace mordidas, recoge y reparte billetes y remata con polvos en la nariz y en los puticlubs de la comarca. Algo que aparece habitualmente en los programas de Ana Pastor en la Sexta, interpretada aquí por Bárbara Lennie.

Fotograma de «Pájaros de Verano», de Ciro Guerra

En el caso de “Pájaros de verano” la interpretación de una bachata en una fiesta de narcotraficantes colombianos precipita los acontecimientos. No esperen Pablos Escobares ni barrios de Medellín. Ciro Guerra, director de “El abrazo de la serpiente” realiza una película desde un punto de vista desconocido, el de una familia indígena Wayúu que se involucra en el tráfico de drogas, lo que transformará sus vidas, su cultura y de paso, el futuro de Colombia. El director mezcla dramas, tensiones sociales y, conflictos religiosos, contrapuntos entre la comunidad indígenas y las creencias de otros grupos sociales.

Fotograma de «Beautiful Boy», de Félix Van Groeningen

Hay películas que no pasarán a la historia, pero que se almacenan en la memoria por su banda sonora. Es el caso de “Beautiful Boy” dirigida por el holandés Félix Van Groeningen, que entrega una previsible historia de adicciones tóxicas que afectan a Timothée Chalamet y las relaciones con su familia, especialmente con su padre, interpretado por Steve Carell, cada vez más comedido en pantalla. El veinteañero está desorientado y no encuentra un camino atractivo para avanzar, pero tiene un gusto musical envidiable, ya que escucha a Mowgai, Tortoise, Massive Attack, David Bowie, Nirvana, Le Tigre o Pan Sonic.

Jose Antonio Vega es colaborador de laEscena
@joseanvega64