Se presentaron estos dos ángeles para mostrarnos el lado más genuino de la existencia. El que huele a musgo y a recién parir.
El arte hace añicos lo convencional cuando el artista tiene la fortaleza necesaria para dar un puntapié a la vida y a la muerte y está en disposición de elevarse por encima de la miseria y de la mentira y es entonces cuando todo adquiere su lugar exacto dentro del caos.
Porque Rosalía & Refree son fuego y son caricia, son la quintaesencia de lo mínimal o el maximalismo que configuran las cosas sencillas cuando su categoría tiene una dimensión sagrada.
Aunque la muerte no está de moda y Rosalía sea una veinteañera, su lumbre pertenece a lo arcano y su sabiduría al fuego.
Necesitaron apenas nada para que una corriente de energía milenaria atravesase nuestras almas como si un escalpelo penetrase hasta lo más hondo de la naturaleza humana.
Necesitaron apenas nada para que una comunión de las que rara vez se materializan flotase como espiral de polvo.
Un viaje bífido y bisexual, un cosmos alojado entre las cuerdas de una guitarra y las cuerdas de una garganta prodigiosa.
Rosalía es de una galaxia inalcanzable y Los Ángeles un disco que se suma a otros trabajos que han significado una divisoria entre unas eras y otras.
Hay infinidad de guitarristas más virtuosos, pero Refree solo hay uno. Nuestro Rick Rubin. El tipo que alberga en su médula creativa partículas del cosmos. El que ataca La Ibáñez con espíritu punk iconoclasta. El duende que hace brotar agua sagrada de un pedazo de tierra árida.
Viajamos en comuna desde el epicentro de la tierra y hasta la más profunda grieta de la estratosfera de la mano de esta pareja imposible.
Fuimos ángeles por un pedazo de tiempo tan intenso que computarlo en minutos resulta absurdo y vulgar.
Memorable recital de muerte y consuelo. Grandeza absoluta.
Rosalía + Raül Refree en concierto
Teatro de la Laboral, Gijón
Sábado 17 de febrero, 20:30 horas
Carlos Barral es promotor musical