Tertulias en Zaragoza, Barcelona, Benicassim, Albacete, Córdoba o El Puerto de Santa María. Quienes vean el documental Salir de casa centrado en el músico Francisco Nixon comprobarán, a medida que avanza el metraje, que los encuentros entre amigos son junto a los conciertos, el eje sobre el que se sustenta el proyecto. Es posible que el público asturiano eche en falta una parada en nuestras tierras. La explicación es fácil, la película se rodó solo en siete días, el tiempo que David Trueba tenía disponible en su agenda. Así que con el propósito de cubrir ese hueco, LaEscena propuso al músico realizar un encuentro acompañado por Eduardo Galán, productor del film, justo después de la presentación en la Semana del Audiovisual Contemporáneo de Oviedo (SACO) y antes del concierto en la Sala La Salvaje.

Cuatro cañas, sí cuatro, una grabadora, mucho guiño generacional y sin tema programado fueron surgiendo cuestiones relacionadas con la música, el proceso creativo, Andrea Levy o vendedoras de tuppersex en Albacete. Cosas que nos pasan por salir de casa. Francisco comenzó indicando que la película es una road movie en la que van visitando diferentes ciudades españolas, reuniendo a amigos y amigos de amigos que se dedican a la creación cultural. Como trabajan en la parte artesanal del proceso creativo, el documental intenta establecer paralelismos entre diferentes formas de fabricación, desde zapatos a libros, pasando por aceite de oliva.

Confiesa que fue “una excusa para poder comer junto amigos y pasar el rato”. Una excusa que surgió, como no, en una tertulia en la que Francisco y Eduardo coincidieron con Trueba, amigo del segundo. En esa época, Nixón estaba embarcado en el proceso de edición de su último disco “Lo malo que nos pasa” y pensaba editarlo en vinilo porque “cuando se compra algo, el objeto tiene peso a la hora de decidir”. Unas palabras que cobran valor cuando salen de la boca de unos de los músicos más reconocidos en la escena alternativa de los años noventa, en los que surgió un nuevo formato. “Ahora tengo claro que el indie es herencia del CD frente al rock que es hijo del vinilo”. Cosas de ciclos y procesos que le sirvieron para recordar que “cuando cayó el CD, la clase media de sellos discográficos y festivales se viene abajo, algo que me afectó lo justo, porque salvo Chup Chup, mi trayectoria no ha sido tan relevante, salvo el período de La Costa Brava”: Cosas que pasan, como el auge y la caída.

“En Chup Chup nos subimos a una ola que no supimos apreciar en ese momento” indicó.”. Pongan en su mente el  parabapapapa (como tú un sueño de juventud en mi corazón) de la canción “Juventud” (2015) y entenderán la siguiente confesión “todos pasamos nuestra juventud en los bares diciendo lo que íbamos a hacer y luego no hacíamos”.

La tertulia vuelve al proyecto “una cosa escondida, casi secreta que David Trueba hace porque quiere, es un proyecto muy personal al margen de su productora”. Eduardo Galán comenta que “no podía imaginar por donde iba la propuesta de David hasta que vimos el primer montaje en el que descubrimos su gran labor como narrador”. Francisco incide en la intensa tarea del montaje que “toma como partida un material bruto muy crudo”. Una decisión que afectó incluso a las canciones que finalmente aparecen, desde el inicio con “Siempre es el cumpleaños de alguien” a los pizpiretas títulos de crédito en los que suena “Juventud”.

La tarea del montaje fue ardua porque el documental comienza por el final, con el concierto en la Sala El Sol de Madrid y finaliza con la edición en vinilo. Un continuo adelante y atrás que refleja contrastes, día y noche, éxitos y olvidos, idas y venidas. Y un cronograma semanal solo apto para espartanos “viajar, comer, parada en librería para presentar el último libro de Trueba, concierto de Nixon y dormir en el hotel, así día tras día”. De hecho los dos coinciden en destacar “la tierna escena” rodada en El Puerto de Santa María” a donde llegaron desfondados. Se refieren al concierto rodado en el restaurante “El Arriate” en el que recupera a Australian Blonde, incluyendo a Paco Loco. Y hablando de hostelería, Fran señala que “una de las cosas que más ilusión me ha hecho en la vida, uno de los mejores homenajes me los ha dado el restaurante La Roca al poner “La Costa Brava” a uno de sus cócteles con tono mediterráneo a base de ginebra, tomillo y naranja”. Evidente banda sonora para el momento, “El auténtico Gin Tonic” (2003). Venga, “dame algo de beber, tanto tiempo a pleno sol” y ofrece conciertos comida como el restaurante de Córdoba que le invitó a tocar, “lo que indica que nos vamos haciendo mayores y agradecemos este tipo de cosas”.

Y a pesar que no era el cumpleaños de Ronaldo, llega la confesión: “tengo 46 años, he vivido la debacle de la industria musical y he tenido que buscar un trabajo, por suerte en el mismo sector y si a eso añado mi papel como padre no veo el documental como una pieza para relanzar mi carrera y además no estoy en el play list de Andrea Levy”. Esto último va como dardo directo a Eduardo Galán al que recuerda que su amiga política se ha convertido en una influencer a la que cortejan los sellos discográficos. ¿Adiós a las ruedas de prensa, los falsos robados y las amazonas?. Queden tranquilos “no quisiera dejar de tocar porque me gusta y lo paso bien, pero hay que dejar el paso a la gente joven que ya tiene otro discurso”. Eduardo devuelve el dardo pidiendo que deje sitio a Taburete. Cosas de veterana complicidad entre dos amigos que llevan tertuliando más de una década. Ahora en serio, Eduardo felicita a Fran por su última aportación musical, “un disco generoso y generacional”.

“Desafinar y sin embargo volver a cantar, actualidad, ni estamos de moda ni estamos de más”. Vuelvo a ser yo (2004). Momento para recordar a los que ya no están como Sergio Algora, su compañero en “La Costa Brava” o el escritor Félix Romeo que “siempre me animaba a escribir más”. Desde que Sergio se fue “dejé de ir a Zaragoza, pensé que no iba a ser así, pero me siento raro cuando vuelvo a la ciudad”. El desaparecido músico aragonés fue el inspirador de la canción “La empresa” (incluida en la ambientación sonora de SACO) porque su empresa le llevó a una jornada de cohesión modelo anglosajón en un pista americana. “En cuanto le mandaron subirse a una tirolina, dio la vuelta y se fue al bar” recuerda emocionado.

Aunque no aparezca en el documental, David Trueba no paraba de repetir que “España es un descampado”: Y Fran lo corrobora en el aspecto musical porque “a diferencia de Centroeuropa donde hay una ciudad de medio millón de habitantes cada cincuenta kilómetros, aquí solo tenemos cuatro o cinco grandes ciudades a las que ir cada año con lo que terminamos quemando a la gente”. Habla de la barrera que supone el idioma y la geografía, “Europa está cerrada para nosotros y América nos queda lejos”.

Una hora después de comenzar la tertulia llega el momento de la reflexión final. Eduardo lo tiene claro, “todo giró en torno a pasarlo bien” y Francisco echó en falta “más tiempo para disfrutar con los invitados, solo lo pudimos lograr en Córdoba”. En la grabadora quedan registradas las historias de la vendedora de artilugios sexuales en Villarrobledo, el terremoto de Albacete o la escena de Fran cantando bajo un olivo. Pero eso merece otra buena tertulia. Luego llegó el fantástico concierto con entradas agotadas en La Salvaje que se convirtió en gigantesco y colectivo karaoke en el que habría disfrutado el “Médico Rural” (2015) de La Aldea de San Nicolás, ese que” no tiene nadie con quien poder hablar”. Siento discrepar con el matemático Pascal, pero todo lo bueno que nos pasa es por salir de casa.

Jose Antonio Vega es colaborador de laEscena
@joseanvega64