FOTO: MARCOS MORILLA

La idea de desierto se hace palpable en el panorama artístico regional, donde tan solo algunos puntos como el estudio de Pablo de Lillo, se convierten en una suerte de oasis para el debate y la reflexión. Aquellos que deciden parar en esta especie de nave espacial, más propia de una capital europea que de una urbe provincial como Oviedo, se ven recompensados con proyectos como el que aquí se reseña.

Pablo de Lillo es artista, comisario, galerista y filósofo. Hace apenas un año abrió su nuevo espacio, en el que trata sus propuestas expositivas como sus propios proyectos. Para él, las exposiciones son un ejercicio creativo más. Sin duda ha demostrado tener no solo buen gusto, sino un excelente y entrenado ojo. Ha conseguido que dos propuestas y dos artistas tan distintos como Marcos Morilla y David Suárez sean uno sólo y que, de algún modo, se vean como parte indispensable del espacio físico en el que se muestran. Cuesta ver las fotos de Marcos sin los cables verdes de la instalación eléctrica, perfectamente encajados en malla metálica del espacio. Por su parte, las esculturas de David parecen realizadas para convivir con el suelo de hormigón y las paredes de cal del local.

La aproximación a la danza y el baile está presente en las obras de la exposición. La idea del baile se expresa en todas sus formas: bailar con los pies, con los conceptos, con las palabras… Desechar sistemas y valores. Jugar con seriedad de forma alegre y ligera. Asumir la provisionalidad y el riesgo frente a la seguridad sistémica del racionalismo moderno. Desconfiar de cualquier idea que nos haya surgido sentados. En la danza, cuerpo y espíritu parecen por fin conciliarse de un modo natural y armónico, y transcender su discordia, origen de todo sentimiento de debilidad y tristeza.

Así es el trabajo de David Martínez Suárez en su proyecto “The Savage Mind”. A partir del término ¨bricoleur¨ apuntado por Levi Strauss en su obra homónima de 1962, el artista trabaja con las manos, usando materiales del pasado. En su acción crea un nuevo campo resignificado, entre el control y el azar. Azar de las soldaduras brutas, que quizás lleva a mirar con mejores ojos sus obras realizadas en resina y escayola, más sutiles y a pesar de su rotundidad, más volátiles, y que se relacionan de una forma magistral con las piezas más etéreas de Marcos Morilla. A pesar de este apunte, entiendo la necesidad de esculturas más brutas que sirvan de punto y coma para esta suerte de narración. En la esencia de sus esculturas y dibujos de la serie, el lenguaje de signos que Rudolf Von Laban desarrolló en el primer tercio del siglo XX para coreografías, es revitalizado por David a modo de juego, bien como notación bidimensional o como desarrollo libre en el espacio mediante la escultura o la danza/performance.

Marcos Morilla propone, a través de la desnudez de la lente, una ligereza serena en la que el cuerpo como sujeto desaparece para ofrecernos su rastro apenas perceptible. Así operaba en su serie “Traces“ y así viene haciéndolo en sus nuevas fotografías, en las que el cambio sutil, el paso del tiempo y el quehacer humano son rastreados de un modo tenaz y paciente. Para esta selección de su última serie dedico un intenso trabajo de campo en una fábrica a las afueras de Oviedo, de la misma manera en que un cazador estudia y espera con su arma, él espera pacientemente para con su cámara de medio formato, customizada por el mismo, para atrapar a su presa. Sus paisajes o interiores, sus motivos, alcanzan mediante la exactitud y el detalle una densidad que transciende su mero carácter de dato visual. Crece un pequeño arbusto allí donde solo había escombro. Una nevada fugaz sobre el descampado industrial. Cae la niebla sobre el horizonte y desaparece ante nuestros ojos lo que era nítido y claro hace tan sólo un momento, sus imágenes impresas en aluminio parecen tener alma, dignifica lo mal llamado “feo” y ve más allá de la fotografía para en algún momento traspasar lo fotográfico y fundirse en un lenguaje y texturas más propias del expresionismo abstracto.

“Todo lo que es cuerpo”
Marcos Morilla + David Martínez Suárez
estudiopablodelillo. c/ General Zubillaga 12, Oviedo
De martes a viernes de 10 a 14 y de 17 a 20 h.
Sábados de 10 a 14. Domingos y lunes cerrado


David Pérez Busto
es artista plástico
@davidperezbusto