No sé en verdad
si el paisajista se excluye de cuanto ve
o trata de incluir en él lo visto.
Mi agotamiento es doble y habla
en nombre de la fuerza y en nombre de la veta. Como un alambre.
No dejo de repetírmelo. Como un alambre.
Y sólo ahora comprendo que en cada sensación nos es dada una forma
igual que en cada emoción nos es dado un motivo.
Quiero hacer pasar los globos por la hendidura de mi puño,
en cuyo interior están ya los hilos que los retienen.
No es otra cosa para mí el lenguaje.
Chus Fernández es escritor