Exposición Ferrero, Fresno, Simón en la Fundación Cardín / FOTO: MÓNICA DE JUAN

Interesante apuesta por el arte actual de la Fundación Cardín Fernández en Villaviciosa. Tres creadores de amplia trayectoria y ámbitos distintos aúnan su creatividad en un proyecto común: fotografías de José Ferrero, esculturas y dibujos de Francisco Fresno y pinturas de Guillermo Simón confluyen en esta muestra en la que las obras conviven y dialogan.

El espacio merece ser destacado. Una casona del siglo XIX, situada en la zona de La Oliva de Villaviciosa, ha sido rehabilitada, sin perder su identidad, como sede de la Fundación, adecuando su planta baja para espacio expositivo que se prolonga en un patio ajardinado en la parte posterior.

En la muestra podemos contemplar fotografías de José Ferrero en las que el agua tiene un gran protagonismo. Las imágenes, de distintos formatos, aparecen agrupadas constituyendo series a base de fuertes contrastes de luz/sombra y una gran ambigüedad visual. Junto a la aparente complejidad formal, que obliga al espectador a intensificar su capacidad de observación, hay una personalísima manera de entender la imagen que siempre me ha interesado. Se trata de fotografías/pinturas de sugerentes efectos y reflejos que acentúan los aspectos pictóricos en cada obra; en una misma fotografía es capaz de pasar del negro más profundo al blanco impoluto llevándonos incluso al límite de la abstracción. Hay obras esencialistas que parecen ocultar en vez de desvelar, contradiciendo el espíritu intrínseco de la técnica de plasmación de realidad. Sus aportaciones se enriquecen aún más con un discurso sobre “lo caduco” en el que la sequedad, sólo aparente, es clave en cada uno de sus árboles dormidos.

Francisco Fresno conjuga aquí su vertiente escultórica y sus dibujos directamente ligados al mundo del grabado, dos ámbitos que se dan la mano en una serie de obras coherentes técnica y temáticamente. Con un delicado dibujo, de limpia sencillez, extrae la fuerza del papel mediante fuertes confrontaciones blanco/negro. Esculturas de acero corten, con acabado oxidado,“como corroídas” por el tiempo, favorecen una sensación de ligereza y desmaterialización. Su fragilidad se acentúa mediante calados y perforaciones que aportan singulares sensaciones lumínicas de celosía. También en Fresno está presente el discurso del “instante”, de lo efímero de la vida, hay piezas de porcelana, Hojas en blanco, realizadas en colaboración con el ceramista Manuel Cimadevilla, hojas caídas sobre el arenal de Xagó, que incorporan silencios que nos llevan a la contemplación y que hablan de la poética de “lo caduco” y de cómo, a través de lo perecedero, se llega también a la creación.

En la obra que presenta Guillermo Simón observamos dos vertientes, por un lado, su personal temática y estilo en torno al agua. Composiciones como Golpe de Mar II sobrecogen por su materialidad y su frío reduccionismo cromático, son obras capaces de condensar en un instante toda la energía latente. Y nos sorprende con Topografías de la Fragilidad, una personalísima serie de manchas de carácter expresivo que sugieren mundos vegetales próximos, pero inciertos, delicados pétalos de violetas o exóticas hojas de ginkgo. En esta serie, las imágenes fluctúan entre una potente saturación cromática de sus óleos sobre aluminio, donde la mancha y el color son forma, y la sutileza, algo oriental, de sus óleos sobre papel como Topografías de la Fragilidad VIII, en los que los elementos fluyen en superficie y se van diluyendo mediante barridos de color de efectos acuosos que van dejando su estela y su huella.

Se puede disfrutar del catálogo de la muestra que cuenta con el texto de presentación: ”Exponer y Confluir”, de José Antonio Méndez, en el que en un profundo y poético lenguaje filosófico, nos habla de ”la sutil delineación de las formas” en José Ferrero, “del contraste entre la seriación de coloridas explosiones” de Guillermo Simón y de la “sublimación o adelgazamiento del carbón o del acero” de Francisco Fresno.

A pesar de las diferencias técnicas, existen muchos aspectos que ponen en sintonía los lenguajes de estos creadores, que van más allá de los referentes orgánicos o la inspiración acuática. Se respira cierta tranquilidad deambulando por las salas, hay algo sencillo y natural que transciende y da unidad a las obras, transmitiéndonos que la serenidad se ha apoderado de ellas.


José Ferrero
(fotografía)
Francisco Fresno (escultura)
Guillermo Simón (pintura)
Fundación José Cardín Fernández
Eloísa Fernández 2. Villaviciosa, Asturias
Hasta el 31 de agosto
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Santiago Martínez es profesor de Historia del Arte
saguazo@yahoo.es